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EDITORIAL
Rev Neuropsiquiatr. 2022; 85(1): 1-2
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una Licencia Creative Commons
Atribución 4.0 Internacional.
1 Revista de Neuro-Psiquiatría. Lima, Perú.
2 Facultad de Medicina Alberto Hurtado, Universidad Peruana Cayetano Heredia. Lima, Perú.
a Editora Jefa; bProfesora; cMédico-Psiquiatra; dJefa de la Unidad de Educación Médica.
¿Preparados para la próxima pandemia?
Are we ready for the next pandemic?
Silvana Sarabia1,a;2,b,c,d
La pandemia de la COVID-19 no ha sido la primera, y lo más probable, es que no sea la última pandemia. El
aislamiento, la inseguridad, las dicultades económicas y los servicios de salud colapsados nos han afectado a
todos. Se ha propuesto una “segunda pandemia” con gran desesperanza, elevado consumo de sustancias y aumento
de la prevalencia de los trastornos mentales (1,2). Esta pandemia de la COVID-19 aún no ha llegado a su n;
sin embargo, en muchos países, incluido el nuestro, se están reanudando actividades educativas y sociales, con
menos restricciones, con el objetivo de regresar a la normalidad. Podríamos preguntarnos: ¿es posible regresar
a la normalidad? Algunos postulan que será una nueva normalidad y que no hay vuelta atrás. Esta pandemia ha
transformado la psiquiatría, la atención psiquiátrica y la percepción de la población sobre los problemas mentales
(3). Se ha evidenciado la necesidad de tener un sistema de atención de la salud mental eciente y de promover
intervenciones tempranas que reduzcan el estrés, mitiguen los trastornos mentales y favorezcan el bienestar y la
resiliencia (4).
La pandemia de la COVID-19 nos ha expuesto individualmente a cambios, a incertidumbre, a temores y a la
muerte; nos ha puesto a prueba, ha puesto a prueba nuestro bienestar y nuestra resiliencia. La resiliencia individual es
un proceso dinámico donde las personas son capaces de adaptarse positivamente luego de exponerse a la adversidad
o al trauma; este término no es un atributo individual es un constructo bidimensional que implica estar expuesto
a la adversidad y mostrar la capacidad de adaptarse positivamente (5). Sin embargo, en una pandemia la acción
individual resulta muy poco efectiva; para lograr resultados favorables es fundamental una acción comunitaria.
Siendo así, la formación de comunidades resilientes nos permite, no solo esperar que la comunidad enfrente la
situación sin ayuda, sino también centrarnos en lo qué pueden hacer los sistemas de salud para fortalecer los factores
protectores, no solo individuales, sino también los comunitarios (6). Estos deben facilitar que individuos, familias
y comunidades se apoyen mutuamente en tiempos de crisis. El fortalecer la resiliencia comunitaria requiere de
un sistema de salud organizado, ordenado y que sea capaz de integrar diversos sectores en benecio de toda la
comunidad (7). Tan importante como querer regresar pronto a la “normalidad” es que nos preparemos, desde ahora,
individualmente y como comunidad, para la próxima pandemia.
La pandemia de la COVID-19 nos está dando la oportunidad de crecer individualmente y como comunidad.
¿Vamos a tomar o a desperdiciar esta oportunidad?
REFERENCIAS BIBIOGRÁFICAS
1. Saavedra JE, Aliaga K, Castillo WH, Huamán J,
Luna Y, Nicolás Y, et al. Estudio epidemiológico sobre
el impacto de la pandemia COVID-19 en la salud
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3. Trestman RL, Waghray A. There’s no going back:
The transformation of psychiatry and psychiatric care
postpandemic. Psychiatr Clin North Am. 2022;45(1):
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Sarabia S.
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4. Morganstein JC. Preparing for the next pandemic to
protect public mental health. Psychiatr Clin North
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5. Lutha SS, Cicchetti, D. The construct of resilience:
implications for interventions and social policies.
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6. South J, Stanseld J, Amlôt R, Weston D. Sustaining
and strengthening community resilience
throughout the COVID-19 pandemic and beyond.
Perspect Public Health. 2020;140(6):305-308. doi:
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7. Penkler M, Mller R, Kenney M, Hanson M. Back to
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COVID-19. Lancet Diabetes Endocrinol.
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30237-0
