Se trata de seguir con nuestra actividad
profesional,cadaunoensupuesto,pero,eso
sí, sometidos a los parámetros que marca el
devenirqueestamospadeciendo.
Espero, si no dar color a mis palabras, sí
dotarlas de calor humano y profesional y
sobre todo seguir el consejo de los expertos
sanitarios,queaboganporlaconvenienciade
noaburrirlesentiempodepandemia.
Másquenuncaestamosnecesitados,ávidosde
pautasyconsignasquegaranticenlasolvencia
yeléxitodenuestroquehacerdocente.
Deseamos no incurrir en ningún error, dar
lo mejor de nosotros, evitar la confusión y
esclarecer dudas e inquietudes, y para ello
buscamos referentes y modelos. Apoyo y
ayuda,endenitiva;puesbien,deloquese
vaatrataresdeeso,demodosymanerasde
operar y actuar, de ejercer nuestro ocio, en
nuestrodíaadíacomoprofesores.
Verán,sehabladeenseñanza,peronopodemos
olvidarelbinomiodelaexpresiónenseñanza-
aprendizaje:doscarasdeunamismamoneda
quenoscompeteadocentesydiscentes.
No se puede dar la enseñanza si no va
dirigidaaunaprendizaje,medidoyevaluado,
contrastadoyriguroso;además,elaprendizaje
necesita creatividad y ecacia, decisión y
constancia,sinlugaradudas.
Pero no perdamos de vista la óptica que se
plantea: «enseñanza remota»; si acudimos al
Diccionario de la lengua española, encontramos
quelasdenicionesque nos aporta son algo
queestámuylejosomuyapartadoeneltiempo
oenelespacio,porunladoy,porotro,algo
queesmuydifícilopocoprobablequesuceda
en la realidad.
Puesbien, sitenemosen cuentalaexpresión
inglesaRemote education,encontramosqueuna
traducciónplausibleeseducaciónadistancia.
Quizá estemos apartados en el espacio, pero
no tanto en el tiempo. Aquí voy a traer a
colaciónunejemplorealypersonalqueatañe
a mi hijo Ojer y a su profesora de Derecho
Constitucional.
Puesbien,mihijoestudiaenlaUniversidad
Comillas segundo curso del doble grado en
DerechoyRelacionesInternacionales.
Durante la primera ola del coronavirus, la
enseñanzafueon line.Yélseencerrabaensu
cuarto, enchufado, conectado al ordenador y
mirandoatentamentelapantalla.Ysobretodo
aloquesalíadelapantalla.Yo,madrevigilante,
pegabalaorejaa su puerta y escuchaba una
vozquesemehacíaconocida,inclusoamiga:
era la profesora María Isabel Álvarez Vélez.
Meaniméallamaralapuertayentrarenla
habitación ocupada por mi hijo. Me encantó
seguir las explicaciones que iba dando a un
estudiante y a otros tantos, desde su casa a
través de la técnica. Mi hijo tomaba apuntes
y sonreía y yo, satisfecha de lo que oía, salí
tranquiladelahabitación.
Observé cómo nos habíamos «acomodado»
a la pandemia, a lo que exigía de nosotros.
Quedarnosconnadosencasa,conlosmedios
anuestroalcanceyseguir.Seguirenseñando
paraaprender.
Claroqueexistendesventajas,nopodemosser
taningenuosdecreerquehemosencontrado
la panacea a los problemas subvenidos de
estosmomentosdramáticos.
Por lo tanto, creatividad e imaginación para
nosucumbiralasacepcionestanagorerasdel
Diccionario de la lengua española.