Acta Herediana vol. 63, N° 2, julio 2020 - diciembre 2020
2
Universidad Ricardo Palma, Lima, Perú.
Honorio Delgado and psychology in two of his
books (Psychology and personality and character)
Ramón León
2
Resumen
Dos libros del psiquiatra peruano Honorio Delgado, Psicología (1933)
y La personalidad y el carácter (1943), son analizadas en detalle en
la presente comunicación ya que ambos nos permiten conocer la
concepción de la psicología que tenía su autor. El primero, Psicología,
escrito en colaboración con el lósofo Mariano Iberico, propone una
psicología estrechamente vinculada a la losofía, destacando el rol
de la introspección y de la intuición. El segundo, La personalidad y el
carácter, presenta los conceptos de Delgado acerca de la personalidad,
y expone diversas teorías de la personalidad, destacando sobre todo
las alemanas (Kretschmer, Jung, Spranger, entre otras).
Palabras claveS: Honorio Delgado, psicología, personalidad
AbstRAct
Two books written by the Peruvian psychiatrist Honorio Delgado,
Psicología (Psychology, 1933) and La personalidad y el carácter
(Personality and character, 1943), are analyzed in detail in this
communication, since both allow us to know the author’s conception
of psychology. The rst, Psicología, written in collaboration with the
philosopher Mariano Iberico, proposes a psychology closely linked
to philosophy, highlighting the role of introspection and intuition.
The second, La personalidad y el carácter, presents Delgado’s concepts
of personality, and exposes various theories of personality, most
notably the German ones (Kretschmer, Jung, Spranger, among
others).
Key words: Honorio Delgado, psychology, personality.
HonoRio DelgADo y lA psicologíA en
Dos De sus libRos (psicología
y la personalidad y el carácter)
Honorio Delgado Espinoza (1892-1969)
1
Versión corregida y sustantivamente ampliada de la ponencia
presentada con el título “Aportes de Honorio Delgado al desarrollo
de la psicología contemporánea” en el Acto Académico “El legado
de Honorio Delgado: Homenaje y Recuerdos a los 50 años de su
fallecimiento” organizado por el Vicerrectorado Académico, la
Cátedra Honorio Delgado y el Centro Universitario de Investigación y
Desarrollo en Salud Mental de la Universidad Peruana Cayetano
Heredia, el 26 de noviembre del 2019.
intRoDucción
En el escenario de la cultura y la ciencia
peruanas del siglo XX la gura de Honorio
Delgado aparece con claros y, al mismo
tiempo, múltiples perles. Cientíco y hombre
de letras; investigador riguroso y pensador
incisivo; autor de extensos tratados y sesudos
estudios, como también de sosticados
ensayos sobre la cultura y sus artíces, y
hasta de artículos periodísticos que han
hecho historia (Delgado 1915); médico preciso
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en el diagnóstico, acertado en la estrategia
terapéutica y vigilante en el seguimiento del
caso. Difusor por último de avances de su
especialidad, así como innovador de técnicas y
creador de conceptos. Un scholar en el sentido
más exigente del término (Alarcón-Guzmán
2008). Todo eso fue Honorio Delgado, a quien
hoy recordamos al cumplirse 50 años de su
partida a la eternidad.
La bibliografía sobre su obra y sus ideas es
considerable y versa sobre todo en torno a
su rol en la consolidación de la especialidad
psiquiátrica en el Perú (Mariátegui 1989a) y
su aporte teórico e investigatorio a esa rama
de la medicina, así como su signicativa
contribución a la psicología como ciencia en
nuestro país (Alarcón 2000, Chiappo 1957,
1992). Sus ideas en materia de psiquiatría
han sido contrastadas con los avances de la
especialidad (Alarcón-Guzmán 1982); su labor
de difusión primero y de crítica después de las
ideas freudianas también ha sido analizada
(Mariátegui 1989b, Rey de Castro 1989, Ben
Plotkin & Ruperthuz Honorato 2017, León
2018). Su persona, su inuencia en la cultura
nacional, su labor magistral, han sido tratadas
y continuarán siéndolo, con toda seguridad
(Chiappo 1994).
Menos estudiadas han sido sus consideraciones
losócas, presentes en algunos artículos
(véase, a guisa de ejemplo, Delgado 1955) y
capítulos de sus libros, como por ejemplo en De
la cultura y sus artíces (Delgado 1961). Espera
asimismo estudios detenidos su sostenido
interés por las letras, concentrado sobre todo
en la literatura alemana. La inuencia de
Baltasar Gracián, el gran conceptista aragonés,
en el porte, la conducta y el ideario del maestro
peruano sería también un tema digno de ser
abordado.
Honorio Delgado estuvo al tanto de las
corrientes psicológicas y losócas y de los
desarrollos de su especialidad en el Viejo
Continente, que hasta el inicio de la Segunda
Guerra Mundial tenía la primacía en el mundo
de las ideas. Mantuvo asimismo una constante
actividad de lecturas, emprendió numerosos
viajes de estudio, sostuvo sistemática
correspondencia, y desplegó una búsqueda
selectiva e intercambio de publicaciones,
dictando muchas conferencias, organizando
cursos de actualización, y dirigiendo (junto
con J. Óscar Trelles) desde su fundación la
Revista de Neuro-psiquiatría. Su primer interés
era la psiquiatría, pero la psicología también
estuvo entre sus temas preferidos.
En sus numerosos escritos es reconocible su
atención por los temas psicológicos. No es
algo incidental que su segunda tesis doctoral,
la que le permitió optar el máximo grado
académico en ciencias por la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos, tuviera por
título Rehumanización de la cultura cientíca por
la psicología (Delgado 1923). Ya entonces dedica
a la ciencia psicológica cerca de 70 páginas en
las que hasta el más distraído de los lectores
reconocerá la importancia que le concede en
el conjunto de las ciencias y en el mundo de
la cultura, así como su familiaridad con la
bibliografía especializada de aquella época,
especialmente la europea, y muy en particular
la alemana.
No trataremos en estas líneas del aporte de
Honorio Delgado a la psicología porque eso,
como ya se indicó, ha sido objeto de numerosos
estudios. Solo esbozaremos aspectos relevantes
de su obra para la psicología reriéndonos a
dos libros suyos: Psicología (Delgado & Iberico
1933) y La personalidad y el carácter (Delgado
1943) (Figuras 1 y 2).
Ambos conforman el núcleo del aporte
de Delgado a la psicología, que también
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Con nes de profundizar en el saber acerca
del psiquismo y sistematizar la información
proveniente de sus lecturas y experiencia
clínica, el psiquiatra peruano publicó las
siguientes contribuciones: “Psicología general
y psicopatología de la percepción” (Delgado
1935), “Psicología general y psicopatología
del pensamiento y la imaginación” (Delgado
1936a), y “Psicología general y psicopatología
del sentimiento” (Delgado 1936b), “Psicología
general y psicopatología de las tendencias
instintivas” (Delgado 1938a), “Psicología
general y psicopatología de la conciencia del
yo” (Delgado 1938b), “Psicología general
y psicopatología de la voluntad” (1939) y
“Psicología general y psicopatología de la
inteligencia” (1940).
1
Se trata de artículos muy bien estructurados
y sólidamente fundamentados en una amplia
bibliografía. Pero detenidos y extensos como
son, abordan solo aspectos circunscritos
del acontecer psicológico (la inteligencia,
los sentimientos, por ejemplo), en tanto
que Psicología y La personalidad y el carácter
constituyen presentaciones de conjunto de
la ciencia psicológica el primero, y de dos
conceptos centrales de ella el segundo.
En toda ciencia se requiere de obras que
ofrezcan una visión panorámica y orientadora,
y que recojan “lo no controvertido de las
disciplinas, lo que se ha decantado como
conocimiento aceptado y cabal, lo que puede
transmitirse sin merma de la autoridad” (Lolas
Stepke 1995, p. 8). La psicología no constituye
una excepción. Desde sus inicios como ciencia
1 Por la fecha de su publicación (años 1935-1940), posterior a la
aparición de Psicología, podemos suponer que Honorio Delgado
buscó a través de la preparación de estos trabajos sistematizar toda la
información que poseía sobre esos procesos psicológicos, integrando
lo que la psicología normal y la psicopatología ofrecían sobre el
particular. Mucho de este material sería empleado años después en
la sección “Psicopatología general” de su Curso de psiquiatría
(Delgado 1953a).
Figura 1
Figura 2
se manifestó, como hemos señalado, en
numerosos artículos publicados en revistas
nacionales que, por cierto, merecen al menos
un breve comentario antes de entrar en materia.
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han sido numerosos los tratados o manuales,
algunos de ellos famosos por su condición
de clásicos, y reimpresos y leídos a pesar del
tiempo transcurrido. Tal es el caso de Principles
of psychology, de William James (1890).
Psicología y La personalidad y el carácter son
precisamente eso: obras que dan a conocer la
primera los diferentes temas que constituyen
el saber psicológico, y la segunda el intrincado
terreno de la personalidad. Aún hoy (a pesar
de los muchos años transcurridos desde su
publicación y del avance que la psicología
entre tanto ha experimentado) la lectura de
ambas es una tarea que reditúa y cuya utilidad
para nes docentes es grande. Así, por ejemplo,
la descripción que Delgado lleva a cabo de
las tipologías de Hipócrates, Kretschmer,
Jung y Spranger puede ser empleada como
material de trabajo en la formación de futuros
psicólogos y psiquiatras.
psicologíA (1933)
Psicología fue escrita al alimón por Honorio
Delgado y Mariano Iberico (1892-1974), el
lósofo peruano más importante del siglo XX.
El título conciso guarda concordancia con la
sobriedad de su formato, conservado a lo largo
de sus repetidas ediciones. Sus autores fueron
dos no-psicólogos que, vía la autodidáctica, se
adentraron en la psicología. Nada sorprendente
en un país como el nuestro, en el que nadie o
casi nadie en los años treinta podía presentar
credenciales de psicólogo, pues la especialidad
de psicología como un ente autónomo en la
estructura universitaria no existía.
Culminados los estudios superiores y
en ausencia de centros especializados,
los estudiosos peruanos emprendían
el perfeccionamiento profesional y la
exploración de disciplinas conexas a la suya
siguiendo un largo proceso de autoformación.
El ejemplo paradigmático es sin duda José
Carlos Mariátegui, quien no poseía estudios
universitarios pero se hizo de una gran cultura
en base a sus numerosas lecturas enriquecidas
por la agudeza de su intelecto.
Sería asunto de interés explorar cómo se
cumplía ese trabajo autodidáctico: ¿qué
“estrategia” desarrollaba cada estudioso?
La posibilidad de acceder a las novedades
bibliográcas existía pero se veía dicultada
por la distancia con respecto a las metrópolis
cientícas europeas y norteamericanas. Quien
podía permitírselo se trasladaba a Europa o a
los Estados Unidos, premunido de una beca de
maestría o doctorado, o para viajes de estudio,
en algunos casos con subvenciones estatales.
Otros estaban al tanto de lo que ocurría en el
exterior a través de la suscripción a revistas o
la asistencia a conferencias.
Pero, el denominador común era el estudio
permanente, la averiguación constante, la
indagación proseguida de modo sistemático.
Fue así que personas con formación en
jurisprudencia cimentaron y nutrieron su
vocación por la historia (Jorge Basadre), por
la losofía (Mariano Iberico) o la sociología
(Mariano H. Cornejo). Julio C. Tello, formado
en San Fernando, devino arqueólogo tras sus
estudios de postgrado en Estados Unidos y
Europa.
Honorio Delgado emprendió ese camino de la
autodidáctica en materia de psicología. Inuyó
en él, sin embargo, Hermilio Valdizán, a quien
siempre reconoció como su maestro, que
durante sus años de estancia europea trabajó
al lado de Sante De Sanctis, importante gura
de la psicología y la psiquiatría italianas. El
sistemático esfuerzo autodidáctico y la relación
discipular con Hermilio Valdizán sentaron las
bases del conocimiento que Honorio Delgado
llegara a tener de la psicología.
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Son, ciertamente, muchos los libros
psicológicos escritos por quienes no poseían
una formación sistemática en esa disciplina:
el así llamado padre de la psicología cientíca,
Wilhelm Wundt, médico de profesión, forjó
una monumental Völkerpsychologie (1900-
1920).
2
Más aún: en 1874 publicó el primer
texto de psicología experimental: su Grundzüge
der Physiologischen Psychologie (Wundt 1874) El
creador del psicoanálisis, Sigmund Freud,
médico asimismo, rabajó en lo que denominó
un proyecto de psicología para neurólogos
(Freud 1968), ensayo que tenía como objetivo
articular un modelo que explicara lo que
iba descubriendo desde un punto de vista
psicológico, pero a partir de conceptos
neurológicos (Hernández Ortiz 2014). Ludwig
Binswanger, el destacado psiquiatra suizo,
escribió asimismo un importante libro sobre
psicología (Binswanger 1922). Y Karl Jaspers,
dando n a su actividad en la psicopatología e
iniciando su fructuosa incursión en la losofía,
escribió Psychologie der Weltanschauungen
(Jaspers 1919).
Eso fue lo que sucedió con Honorio
Delgado quien, gracias al aprendizaje y
progresivo dominio de las lenguas europeas
fundamentales, amplió sus horizontes
culturales, incluyendo dentro de ellos a
la psicología. Lo mismo puede decirse de
Mariano Iberico, que en 1912 obtuvo el grado
de bachiller con una tesis sobre el carácter y en
1916 el doctorado en la Facultad de Filosofía
y Letras con un trabajo sobre la losofía de
Henri Bergson (Iberico 1913, 1916).
En un comienzo atraído por la literatura y la
poesía, Iberico reorientó sus intereses hacia la
losofía, y, al interior de ella por la psicología
2 Völkerpsychologie es un neologismo que puede ser traducido
como “psicología social”, “psicología cultural”, “psicología
histórica”, y al que Navalles Gómez (2009) termina por calicar
como “inasible”.
y la estética (Ramos Rau 2006). Su inclinación
por el saber psicológico se expresó no solo en
el libro escrito con Delgado sino en una serie
de trabajos más (Reyes Álvarez 2014).
Unidos por la amistad, la comunidad de
intereses académicos y la actividad académica
cumplida en el claustro sanmarquino, Delgado
e Iberico emprendieron en algún momento a
nales de la década de los veinte e inicio de los
años treinta la preparación de Psicología.
Los dos aportaron su amplia cultura y su
formidable capacidad de trabajo al esfuerzo
conjunto. Obviamente, hubo contribuciones
individuales: la aportación de Delgado fue
su conocimiento siempre actualizado de la
medicina y las ciencias biológicas, así como
su familiaridad con la losofía alemana de la
época, en tanto que Iberico concurrió a la tarea
con su versación losóca (especialmente en
autores de lengua francesa) y su preparación
jurídica.
De ese modo, en esta obra se conjugaron
el conocimiento médico de un autor con el
jurídico del otro, y el losóco y el psicológico
de los dos, concediéndole a Psicología un estilo
especial. La exposición privilegia -como no
podía ser de otro modo- lo psicológico, pero
otorga el suciente espacio y la necesaria
consideración a los fundamentos biológicos
del psiquismo humano; inclusive avanza con
la cautela necesaria en la exploración losóca
de los fenómenos de la subjetividad. Todo esto
a lo largo de sus 31 capítulos, caracterizados
por estricto orden, lograda sistematización,
y un lenguaje de elegante sobriedad que en
algunos párrafos alcanza una expresividad
con matices literarios.
Destacamos lo referido al estilo, algo que por
lo general no suele ser tomado en cuenta en
obras como la que estamos comentando, pues
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se supone que lo realmente importante son
las ideas. Los hechos son los que mandan, se
arma, dado que ellos “hablan por solos”.
Eso es cierto, nadie lo niega en las ciencias
exactas. Sucede sin embargo que la psicología,
a la que hoy se la suele ubicar entre las
ciencias naturales (Macho 2016), en muchas
de sus áreas ofrece un saber que todavía es
presuntivo, especialmente en lo que concierne
a la personalidad, la motivación, la creatividad,
y también a ese inmenso y angustiante mundo
que es el de los trastornos psicológicos.
En esos dominios, en los cuales la oscuridad,
la ambigüedad o la incertidumbre campean, se
multiplican las teorías, unas plausibles y otras
sobredimensionadas por una especulación que
raya en la sinrazón, y en las que las palabras
son empleadas sin mayor responsabilidad y
los conceptos son trajinados sin medida.
En muy pocas ocasiones los psicólogos
dedicamos algún minuto a examinar cómo
se escriben los textos y se presentan las ideas,
olvidándonos de que “el estilo es el hombre”
como también de que somos criaturas
espirituales desde el momento en que pasamos
a ser seres verbales (Murdoch 2018). Todos
sabemos que circulan textos de desgarbado
estilo o de redacción casi críptica
3
, y otros en
3 Un ejemplo de lo primero lo constituyen los textos de Jacques
Lacan: “Lacan makes dicult reading. No doubt about it”, escriben
Glynos & Stavrakakis (2001: 685). Vincent (2019) ha dedicado
todo un libro a analizar el estilo de este intelectual francés. En
lo que se reere a un estilo descuidado, podemos citar a una
de las grandes guras de la psicología dinámica, Alfred Adler.
Su libro El carácter neurótico (Adler 1993), que es “la Biblia”
de su doctrina y que contiene ideas e intuiciones sugerentes,
se hubiera beneciado notoriamente con una revisión estilística.
Telegráco por momentos, monotemático en su reiteración del
sentimiento de inferioridad como la clave de la conducta
humana, repetitivo en varios tramos, impreciso en las
deniciones de más de algún concepto de crucial importancia,
y supercial en donde la profundidad y la insistencia eran de
esperar, El carácter neurótico se sigue reeditando a pesar de
todo por la riqueza de sus sugerencias y la originalidad de
sus intuiciones, provenientes de un clínico agudo como fue
Adler (Kluy 2019).
En otros casos, el problema no estriba en el estilo ni en la
los que lo abstruso muchas veces impresiona
como inteligente o profundo.
Por eso es de importancia, no solo con nes
didácticos, la forma en que las ideas y los
hallazgos se exponen y se hilvanan en la
disciplina psicológica. Y en eso Delgado e
Iberico eran, no es necesario destacarlo pero
recordarlo sí es oportuno, verdaderos maestros.
El lenguaje preciso de la medicina y la
rigurosidad del discurso jurídico (que tanto
contacto tienen con la lingüística, Bordelois
2016), unidos a la rara sensibilidad de ambos
autores para las connotaciones y alcances de
los términos, así como la maestría en el arte
de la redacción, se ponen de maniesto en
Psicología, cuya lectura puede hacerse en dos
planos: en el académico por su contenido y en
el estético por su estilo.
Como hemos dicho, conforman el libro 31
capítulos (ver tabla 1). Por lo general, en los
textos modernos de psicología se comienza
por la denición de ella y se continúa con
su historia, para en seguida considerar los
basamentos de la vida psicológica, la sensación
y la percepción. No sucede eso con Psicología,
en que los primeros capítulos están dedicados
a consideraciones losócas sobre esta
ciencia. De hecho, el primero tiene por título
precisamente “Filosofía y psicología”, e incluye
tres acápites: “1. La ciencia y la losofía. 2. Los
temas de la losofía. 3. Filosofía y psicología”.
No sabemos cómo se organizó el trabajo. Nos
proposición de ideas teñidas de demasiada especulación, sino
en la densidad misma de los términos que el autor emplea y en
el manejo particular de conceptos. Sobre el particular
permítasenos poner como ejemplo a Lev S. Vygotski y Jean
Piaget. La lectura de sus trabajos demanda gran esfuerzo de
concentración no solo por la complejidad de los temas
abordados y la construcción estilística, sino también porque los
autores, al parecer, escribían calamo currente. Ese era el caso
de Jean Piaget, de productividad impresionante, quien, de
acuerdo con lo que Parrat-Dayan (2010) nos informó, remitía lo
escrito sin mayores retoques a la imprenta.
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falta para esto, lamentablemente, don Óscar
del Pino Galarza, el leal y eciente secretario
personal de Honorio Delgado (Alarcón-
Guzmán 2014), quien habría podido decirnos
mucho acerca de la disciplina de trabajo
intelectual del gran psiquiatra peruano. Pero
sí podemos suponer que la idea de escribir
Psicología partió de él, pues había enseñado esa
asignatura en la Facultad de Letras de la casa
sanmarquina.
Los autores debieron autoasignarse la tarea
de esbozar el contenido de algunos capítulos:
¿quién mejor que Delgado para el sétimo,
dedicado a la teoría psicoanalítica, él, que se
había carteado con Freud y había introducido
el psicoanálisis en esta parte del mundo? ¿y
quién mejor que Iberico para tratar el tema del
carácter (capítulo 9)?
Trabajo en principio solitario y muchas veces
cumplido en los nes de semana. Notas y
esbozos de capítulos, búsqueda de textos
apropiados en la biblioteca personal o en
las institucionales, primeros borradores
sometidos a repetidas correcciones, adiciones
y supresiones de párrafos, confrontación
de los textos a n de evitar reiteraciones o
armaciones contradictorias: todo esto debió
cumplirse por parte de Delgado e Iberico.
Es de suponer, igualmente, que hubo
permanentes reuniones y revisiones hasta
llegar a una versión satisfactoria. Lima, hacia
los años treinta con unos 350 mil habitantes
más o menos, era una ciudad sin muchos de
los problemas que hoy la aquejan. Resultaba
relativamente fácil programar reuniones
semanales, quincenales, mensuales, no lo
sabemos, en el domicilio de uno o de otro, o en
los ambientes de la casona sanmarquina, hasta
tener el manuscrito preparado. Y después,
lo que nunca falta, la artesanía intelectual:
cotejar las referencias, revisar los conceptos,
anar la redacción, así como anotar alguna
crítica emitida al desgaire, o cierta sugerencia
propuesta en una charla. De ese modo debe
haberse gestado Psicología.
Psicología es uno de los tres grandes libros
de psicología general escritos por autores
peruanos o ancados en el Perú. Los otros
dos son Introducción a la psicología experimental,
de Walter Blumenfeld (1946), autor alemán
que emigrara a nuestro país y permaneciera
acá hasta su muerte, y Lecciones de psicología
general, del lósofo José Russo Delgado (1962),
aparecidos ambos ciertamente muchos años
después y hoy día muy poco frecuentados.
Y, también es uno de los numerosos textos de
psicología general provenientes de la pluma de
autores latinoamericanos durante los últimos
años del siglo XIX hasta poco más de la mitad
del siglo XX.
En la tabla que sigue presentamos algunas de
esas obras:
La mayoría de los autores de estas obras no
eran psicólogos de profesión. Ingenieros y
Mira y López eran médicos especializados
en psiquiatría. Guerrero era lósofo. Larson
Soudy fue un sacerdote profesor del Seminario
Ponticio de Santiago de Chile, en tanto que
el uruguayo Morey Otero era pedagogo y el
cubano Bernal del Riesgo fue abogado. Los
únicos que poseían una formación sistemática
en psicología eran Blumenfeld, que se había
doctorado bajo la dirección de Carl Stumpf;
Mercedes Rodrigo y Waclaw Radecki, ambos
discípulos de Edouard Claparède. El uruguayo
Vaz Ferreira, intelectual de reconocimiento
internacional, era abogado y lósofo.
Pero volvamos a la obra que estamos
comentando.
Para Delgado e Iberico hay una vinculación
irrenunciable entre la psicología y la losofía,
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si bien formulan una apreciación que merece
ser transcrita:
la psicología es una disciplina independiente,
en el sentido de que confronta la experiencia
de la vida psíquica sin la interposición de
supuestos metafísicos, pero es una disciplina
losóca por la naturaleza particular de esa
experiencia y, como la sociología y la historia,
tiende a estudiar el ser del hombre como un
todo, en lo que tiene de determinable para el
conocimiento empírico (p. 20)
Hay asimismo una valoración muy sobria
(por decir lo menos) de las posibilidades del
método experimental:
La psicología experimental de laboratorio, por
su misma naturaleza, limita la observación
a fenómenos aislados, simplicados y
condicionados articialmente; excluye lo más
genuino de la vida mental: la espontaneidad,
las relaciones de conjunto, la continuidad
congurativa y la sonomía anímica individual.
Lo que acontece en la vida real, lo que no se
puede repetir a voluntad, las emociones intensas
y los sentimientos diferenciados, los estados
de ánimo caprichosos, las preocupaciones, los
anhelos, las incertidumbres, los conictos, etc.,
que nacen con las vicisitudes del existir en la
arena del mundo, y cuya trama se enlaza con
las realizaciones del destino personal –todo
eso, y mucho más-, queda fuera del alcance de
la psicología de laboratorio (p. 37).
En la parte nal del capítulo 3, “Métodos de
la psicología”, del cual hemos transcrito este
párrafo, los autores proponen una denición
de psicología experimental sui generis:
Para terminar este capítulo, haremos notar que
Tabla 1: Capítulos de Psicología.
1. Filosofía y psicología 17. Los estados afectivos sensoriales
2. Objeto de la psicología 18. La emoción
3. Métodos de la psicología 19. La inclinación y la pasión
4. Caracteres principales de la actividad
consciente
20. Concepto y extensión de la vida intelectual
5. Psicología y siología 21. La sensación
6. La vida mental extraconsciente 22. La percepción exterior
7. Interpretación psicoanalítica de la vida
anímica
23. La memoria
8. La conciencia del yo y la personalidad 24. La asociación de las ideas
9. El carácter 25. La abstracción y la generalización
10. Concepto y extensión de la vida anímica 26. El juicio
11. El instinto 27. El razonamiento
12. La expresión 28. La imaginación
13. El hábito 29. La inteligencia
14. La atención 30. El espíritu objetivo y la actividad anímica
15. La voluntad 31. La psicología social
16. Concepto y extensión de la vida afectiva
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es erróneo considerar como “experimental”
solo a la psicología de laboratorio: es
experimental toda psicología efectiva, todo
método que permita una buena descripción,
un análisis, una caracterización o una
interpretación de la experiencia vivida y de
las disposiciones anímicas; y además que no
se concibe la psicología de laboratorio sin la
existencia de la psicología general y empírica
(p. 38).
Para los autores, las principales adquisiciones
del saber respecto a la naturaleza humana –
psicología de primera mano- se alcanzan por
la intuición y la interpretación na y certera
de espíritus particularmente dotados: grandes
místicos, poetas, novelistas y moralistas, raros
lósofos, historiadores y médicos (p. 38),
Estas armaciones hoy suenan anacrónicas
y no sorprende que eso suceda, porque los
contenidos de textos y tratados de cualquier
rama del saber son superados con el paso del
tiempo por los avances y nuevos desarrollos
que tienen su origen en la investigación y
la reexión: ¿quién lee hoy, salvo aquellos
interesados por la historia de la psiquiatría,
el -en su momento muy valorado- Lehrbuch
der Psychiatrie, de Emil Kraepelin (1883, con el
título original de Compendium der Psychiatrie)
o alguno de los libros -permanentemente
reeditados mientras estuvo en vida- de
Wilhelm Wundt, el así llamado padre de la
psicología experimental?
Qué duda cabe asimismo de que, en efecto,
muchas intuiciones fructuosas acerca de
la vida psicológica han sido expresadas de
modo magistral a través de obras literarias o
de meditaciones losócas. Con Nietzsche,
por ejemplo, se inicia lo que se suele llamar
la era de la sospecha, dado que este lósofo
enfatiza la presencia de fuerzas irracionales
en la determinación de nuestra conducta,
fuerzas que sin embargo se “disfrazan” de
motivos plausibles. Lo mismo podría decirse
de las reexiones contenidas en las obras de
moralistas como La Rochefoucauld, Chamfort,
Vauvernages y de Rivarol.
Un rasgo singular de esta obra en su condición
de libro de psicología general, es la inclusión
de un capítulo dedicado al psicoanálisis. El
capítulo 7 lleva por título “Interpretación
psicoanalítica de la vida anímica”, y abarca los
siguientes acápites: “1. Indicación histórica. 2.
Sentido psicológico de los olvidos, equívocos,
actos fallidos, etc. 3. Interpretación de los
sueños. 4. Los planos de la vida mental y sus
relaciones dinámicas: el conicto psicológico.
5. Los impulsos instintivos. 6. El principio del
placer y el de la realidad: la sublimación. 7. Los
complejos ideoafectivos”.
Los autores señalan que en este capítulo se
exponen “los resultados más fructuosos y
menos objetables de la aplicación del método
psicoanalítico, evitando la crítica de los puntos
débiles de la teoría”, pero vuelven en el capítulo
19, “La inclinación y la pasión”, esta vez sí
para cuestionar la concepción psicoanalítica
de la vida mental, “distinta del puro método
psicoanalítico” (p. 188).
El saber psicológico experimenta grandes
cambios, y ha alcanzado tal nivel de crecimiento
y diversicación que es absolutamente
imposible tener una visión de conjunto. El
generalista, aquel que podía moverse por
los diferentes ámbitos del saber psicológico
y opinar cosas fundamentadas en varios de
ellos, ha desaparecido, cediendo su lugar
denitivamente al experto en una esquina del
saber, el especialista. Hay tantas especialidades
y subespecialidades en la psicología, que en
realidad cada una de ellas podría avanzar
autónomamente (y de hecho lo hace) sin tomar
en cuenta lo que ocurre en otras (Ramos-
Arenas 2016).
Acta Herediana vol. 63, N° 2, julio 2020 - diciembre 2020
118
Tabla 2: Algunos libros de psicología general publicados por autores latinoamericanos desde nes del siglo XIX
hasta 1970
Título Autor
Año de
edición
Lugar de edición Editorial
Curso expositivo de
psicología elemental.
Carlos Vaz Ferreira
(1872-1958)
1897 Montevideo
Imprenta Artística Juan
Dornaleche y Ramos, 255
pgs.
Curso de psicología
Enrique José Varona
(1849-1933)
1905 Habana
Librería e Imprenta La
Moderna Poesía, 565 pgs.
Psicología
Ubaldo Romero
Quiñónez
1909 Guadalajara Tip. La Región, 120 pgs.
Principios de psicología
José Ingenieros
(1877-1925)
1911 Buenos Aires J. Rosso y Cía.
Psicologia Martin Dedeu 1912 Buenos Aires
Edit. José Tragant,
XII+279 pgs.
Pincipios de psicología
Bernardo J. Gastélum
(1886-1981)
1920 México Helios, 422 pgs.
Psicología J. Pastracoin 1924 Buenos Aires
Edit. A García Santos, 358
pgs.
Apuntes de psicología
experimental
Oscar Larson (1892-
1974)
1926 Santiago Imprenta Chile, 272 pgs.
Apuntes de psicología S. Campana 1927 Panamá
Editorial Benedetti
Hermanos, 139 pgs.
Elementos de psicología.
Antecedentes losócos e
históricos de la psicología
Sebastian Morey
Otero (1894-1939)
1931 Montevideo Claudio García, 317 pgs.
Psicología
Honorio Delgado
(1892-1969) &
Mariano Iberico
(1892-1974)
1933 Lima Edición de los autores
Iniciación a la psicología
Alfonso Bernal del
Riesgo (1902-1975)
1936 La Habana
Imprenta F. Sabin y Co., 2
vols.
Lecciones de psicología
Manuel Riquelme
(1885-1961).
1936 Buenos Aires Ángel Estrada, 384 pgs.
Lecciones de psicologia
Gregorio
Fingermann (1890-?)
1937 Buenos Aires El Ateneo, 278 pgs.
Acta Herediana vol. 63, N° 2, julio 2020 - diciembre 2020
119
Psicología
Juan Luis Guerrero
(1897-1958)
1939 Buenos Aires Losada, 382 pgs.
Psicología José María Pérez 1940 Bogotá Edit. Centro, 228 pgs.
Curso de psicologia Jordán B. Genta 1940 Buenos Aires Kapelusz
Sicología
Enrique Barboza
(1901-1967)
1940 Lima Librería Miranda, 160 pgs.
Apuntes de psicología para
la enseñanza secundaria y
normal
Luis B. Prieto
Figueroa
1940 México Editorial Morelos, 400 pgs.
Breviario de psicología
Adolfo Menéndez
Samara
1941 México
Antigua Librería Robredo,
318 pgs.
Introducción al estudio de la
psicología
Mercedes Rodrigo
(1891-1982)
1942 Bogotá
Universidad Nacional de
Colombia, 126 pgs.
Tratado de psicología
general. Un estudio de la
conducta humana
Roberto Agramonte
(1904-1995)
1942-1943 La Habana Cultural, 2 vols.
Tratado de psicología
Waclaw Radecki
(1887-1953)
1943 Buenos Aires Peuser, 428 pgs.
Los fundamentos de la
psicología
Joao de Souza Ferraz
(1903-1988)
1944 Buenos Aires Americalee
Introducción a la psicología
experimental
Walter Blumenfeld
(1882-1967)
1946 Lima
Psicología Ignacio M. Orovio 1946 Buenos Aires
Editorial Marcos Sastre,
158 pgs [texto adaptado
a los programas de los
colegios nacionales].
Psicología humana. Curso
panorámico
Alfonso Bernal del
Riesgo
1946 Habana
Imprenta Universidad de
la Habana
Introducción a la psicología
cientíca
Oswaldo Robles
(1904-1969)
1948 México Porrúa, 327 pgs.
Apuntes de psicología para
la educación secundaria y
normal
Luis Beltrán Prieto
Figueroa (1902-1993)
1948 México Ediciones Morelos
Psychologia
Jacobus Gustavus
Morán
1949 México
Editorial Buena Prensa, 2
vols.
Acta Herediana vol. 63, N° 2, julio 2020 - diciembre 2020
120
Psicologia experimental Casimiro Tronco 1950
Rio Grtande do
sur
Edit. Pallotti, 335 pgs.
Elementos de psicología
aplicada para el sexto año
de las escuelas normales de
acuerdo con el programa en
vigor.
Daniel Ruiz 1951 Buenos Aires Editorial Estrada, 186 pgs.
Nociones de psicología
Oscar Miró Quesada
(1884-1981)
1953 Lima
Ministerio de Educación
Pública, 244 pgs.
Psicología
Sebastián Sánchez
Rincón
1954 Montevideo
Edit. Medina, 200 pgs.
Curso elemental de
psicología
José María.
Velásquez Portuondo
(1901-?)
1954 La Habana Minerva, 6ta. edición
Lecciones de psicología
general
José Russo Delgado
(1917-1997)
1962 Lima
Universidad Nacional
Mayor de San Marcos.
Tratado de psicología
Samuel Vargas
Montoya
1963 México Porrua, 496 pgs.
Psicología general Ignacio Burk 1964 Caracas
Editorial Divelli, 2da. Ed,
437 pgs.
Introducción a la psicología Luis María Ravagnan 1965 Buenos Aires Kapelusz, 232 pgs.
Síntesis de psicología general
Josué Sosa
Castellanos
1965 México Porrúa, 544 pgs.
Elementos de psicologia
Guillermo Pérez
Enciso
1966 Caracas Doña Bárbara
Psicología general
José María Pérez
Izquierdo
1966 México Porrúa, 314 pgs
Psicología general E. Meneses Morales 1967 México Porrúa
Introducción general a la
psicología contemporánea
Ricardo G. Mandolini
Guardo
1967 Buenos Aires
Ciordia, 492 pgs.
Manual de psicología general
Emilio Mira y López
(1896-1964)
1969 Buenos Aires Kapelusz, 299 pgs.
Psicología en ejemplos
M. Rodríguez
Estrada
1970 México Trillas, 306 pgs. 3ª. ed
Fuente: Díaz Díaz & Santos Escudero (1982).
Acta Herediana vol. 63, N° 2, julio 2020 - diciembre 2020
121
De otra parte, el avance de las neurociencias
plantea desafíos a la psicología que obligan a
que los psicólogos reformulen muchos de sus
conceptos o comiencen a entenderlos de un
modo distinto. La información que día a día
van acumulando los neurocientistas es de tal
envergadura que no puede ser más ignorada.
Y, por último, el mundo de hoy es de tal
complejidad que muchos de sus problemas
demandan enfoques inéditos o en algunos
casos, el retorno a procedimientos y formas de
análisis habituales en el pasado que, en medio
de la algarabía y el entusiasmo alimentados
por los avances tecnológicos o novedosas
proposiciones teóricas, fueron dejados de lado.
En ese contexto, ¿qué nos ofrece Psicología?
Una visión losóca de la ciencia psicológica,
que podrá considerarse anticuada, porque
también en la losofía ha habido importantes
desarrollos en todo lo que va del siglo XX
(Garrido et al. 2019), pero que igual rescata
lo que siempre ha estado en el centro de las
preocupaciones del ser humano: ¿quién soy?
¿cómo puede conocerse a sí mismo?
Esas son preguntas que acompañan al hombre
desde que tomó conciencia de su condición
humana, y lo acompañarán hasta que
desaparezca de la faz de la Tierra.
Son muchos los psicólogos que piensan que la
psicología tiene poco que ver con la losofía,
parecer que encuentra refuerzo en los textos
modernos de la especialidad, en los cuales
las referencias a la losofía son casi nulas. La
historia de la psicología enseña sin embargo
cuánto debe esta a la “reina de las ciencias” y
cómo la dimensión losóca aparece en toda
su magnitud después de un breve análisis de
los temas psicológicos.
De otro lado, Delgado e Iberico apuestan por la
introspección como la via regia del conocimiento
de la propia condición. Y no cabe duda que esa
es a pesar de todo la vía. Los experimentos
psicológicos, inclusive los más rigurosos (que
los hay), informan sobre las particularidades
de la especie humana, pero no pueden decir
nada sobre la subjetividad de cada cual, una
terra incognita a la que solo se puede acceder
desde la reexión íntima.
Menospreciada por buen número de cultores
de la psicología lo cierto es que, al nal,
el psicólogo clínico, el psicólogo social, el
psicoterapeuta, dependen de ella para obtener
información de primera mano sobre lo que
viven y vivencian las personas. La psicología,
a pesar de su innegable desarrollo, no puede
aún (y tal vez nunca lo consiga) prescindir de
ella.
Vista como un fenómeno misterioso y elusivo
en la época en la cual Psicología apareció, la
intuición apenas era objeto de estudio por
parte de los psicólogos. Estaban por cierto
los trabajos de Wolfgang Köhler (1921), pero
suponer que ellos podrían ser la base para una
explicación de la intuición era algo bastante
audaz en ese momento.
Los lectores profundamente positivistas de
Psicología deben haber levantado las cejas ante
la proposición de los autores de relievar el
papel de la intuición.
Hoy las cosas han cambiado. La intuición es
entendida y estudiada cada vez más como una
forma de conocimiento inmediato (Gigerenzer
2008, Hogarth 2010, Kahnemann 2012) en que
juega un rol decisivo lo que los psicólogos
denominan el “inconsciente colectivo”.
Obviamente, no toda intuición es
necesariamente correcta, como también lo
anota Kahnemann (2012). Pero en determinadas
Acta Herediana vol. 63, N° 2, julio 2020 - diciembre 2020
122
personas, en pensadores agudos y en literatos
de fértil imaginación, la intuición es también
una vía de ingreso a la vida psicológica. E
igualmente lo es para el ciudadano común y
corriente, que muchas veces toma decisiones
en base a ella.
No menos importante nos parece la referencia
al conocimiento psicológico presente en las
grandes obras literarias, que siempre han
demostrado ser una inagotable fuente de
conocimiento acerca de las excelencias y las
carencias inherentes a la condición humana.
Agradaría, sin duda, a Honorio Delgado
saber que al acierto de proponer la lectura de
“los grandes literatos que sufren y estudian
sus aquezas” (Delgado 1953, p. 33), como
Dostoievski, Leopardi y Baudelaire, se suma
el hecho de que las neurociencias encuentran
en algunas obras literarias de ayer y de hoy
sorprendentes adelantos e intuiciones de sus
hallazgos (Quian Quiroga 2012, Lehrer 2010,
Álvaro 2016, Piccolino 2019).
LA PERSONALIDAD Y EL CARÁCTER
(1943)
Personalidad, Motivación, Inteligencia y
Desarrollo son cuatro conceptos en torno a los
cuales gira la mayor parte del conocimiento
psicológico. De allí el gran número de libros y
artículos que tratan de ellos. Delgado abordó
el primero en La personalidad y el carácter, libro
presentado como una “exposición, a la vez
densa y panorámica, de los conocimientos y
problemas de la personalidad y el carácter”.
Esta obra, que ha alcanzado cinco ediciones
4
,
es la solitaria contribución peruana al estudio
de la personalidad, pues no se ha publicado
otro libro de esta índole en nuestro medio.
5
4 Hemos trabajado con la edición del 2006.
5 Explicable este hecho teniendo en cuenta el gran número de teorías
existentesasícomolascrónicascarenciasbibliográcasdelasquese
adolece en nuestro medio.
Así como en Psicología, también en esta obra se
pone de maniesto el esfuerzo sistematizador
de Honorio Delgado, algo que debe destacarse,
pues quienes se acercan al estudio de los
conceptos antes mencionados se enfrentan
(tanto hoy como ayer) a una verdadera maraña
conceptual, que solo puede ser superada con
un conocimiento detenido de la bibliografía
existente y un criterio ordenador.
Tres capítulos conforman la obra en su versión
nal: 1. La personalidad anormal. 2. La
personalidad anormal; y 3. La personalidad y
la crisis de la cultura.
La Tabla 3 presenta las secciones de cada uno
de estos tres capítulos
Es necesario antes de tratar en detalle este
libro hacer una breve referencia al contexto.
En el año de su publicación, la Segunda
Guerra Mundial seguía su curso devastador.
La ciencia y la industria de los países
beligerantes estaban concentradas en satisfacer
las demandas militares. Muchos de los
psiquiatras y psicólogos se habían integrado
a sus ejércitos nacionales para llevar a cabo
tareas de su especialidad. Las comunicaciones
entre los países se encontraban virtualmente
interrumpidas: congresos cientícos, reuniones
académicas nacionales e internacionales,
intercambio de información entre profesionales
de diferentes países, o estaban suspendidos o
enfrentaban numerosas dicultades.
Todavía hacia mediados de la década de los 30
la psicología alemana gozaba de preeminencia.
Y también la psiquiatría germanoparlante, que
había tenido su edad de oro con los aportes de
Kraepelin, Freud, Jaspers, Jung y Kretschmer,
cuyas ideas también habían inuido en el
estudio de la personalidad (Peters 2010). La
llegada de Hitler al poder trajo consigo la
emigración de muchos psiquiatras y psicólogos
así como una orientación de la psicología y la
Acta Herediana vol. 63, N° 2, julio 2020 - diciembre 2020
123
psiquiatría a los intereses del régimen (véase
Peters 1992, Stahnisch & Russell 2018, Stock
& Schneider 2020). Quienes se mantuvieron
al margen de la “nazicación” que ocurría
en las universidades, prosiguieron en medio
de dicultades con su trabajo, en el que los
vínculos entre la losofía y la psicología
seguían siendo bastante estrechos (Geuter
1988).
Entre tanto, en los Estados Unidos la
matematización y la experimentación en
psicología predominaban en todas las
universidades (si bien en los medios clínicos
el psicoanálisis ganaba fuerza), así como
el desarrollo de nuevos enfoques de la
personalidad, fundamentados en buena medida
en datos provenientes de investigaciones con
un fuerte componente estadístico, tomando
distancia del concepto de carácter y de las
connotaciones éticas del mismo (Nicholson
1998). La obra de Gordon Allport, Personality:
a psychological interpretation (Allport 1937),
constituyó un importante avance al proponer
el estudio de los rasgos. Delgado conocía los
trabajos del psicólogo norteamericano, pero
el enfoque que prefería, por su detenido
conocimiento de la psicología y la psiquiatría
alemanas, era el tipológico, ampliamente
desarrollado en el mundo germanoparlante.
Eso explica que las teorías expuestas en La
personalidad y el carácter sean las provenientes
de ese ámbito lingüístico.
Señalemos además que al momento de
publicarse La personalidad y el carácter se estaba
todavía algunos años antes de que apareciera
el trabajo de Erikson (1950), que ubicaría a la
identidad como uno de los temas centrales en
el estudio de la personalidad.
Delgado señala que “la personalidad es objeto
de conocimiento de diversas disciplinas
losócas” e indica que “la psicología que
hoy se constituye y que nosotros tratamos
de promover no solo es fenomenológica,
estructural y de supercie, sino dinámica,
genética, integral y práctica”.
Veamos la denición que propone de la
personalidad:
denimos la personalidad como el sistema
de las disposiciones individuales dominantes
según el cual se ordena y maniesta la vida
anímica de cada sujeto en lo que respecta a
su espontaneidad, a su impresionabilidad
y a su modo de reaccionar distintivos, con
cierto grado de coherencia y con mayor o
menor conciencia e intención por parte del yo
(Delgado 2006, pg. 3).
En las primeras cuatro secciones del primer
capítulo el autor se extiende en aspectos
teóricos. Es en la quinta sección en la cual
el autor peruano se acerca a los temas que
posteriormente Erikson trataría en detalle. En
ese acápite, que lleva por título “Relaciones de
la personalidad con el yo”, se explaya:
En cierto modo, la personalidad tiene en el yo
su centro, en el doble sentido de que (no sin
limitaciones, a veces considerables) domina
la perspectiva del modo de ser personal y
de que ejerce inuencia determinante sobre
la actividad de éste. Yo me vivo a mi mismo
como entidad constante y punto de referencia
en medio del contenido mudadizo de mi
experiencia, y yo también me vivo como agente
determinativo de ciertas transformaciones que
se operan en la economía de mi ser (p. 8).
Delgado profundiza sobre el particular y señala
que las relaciones del yo con la personalidad
tiene una serie de aspectos: el sentimiento
de la personalidad (“… siempre algo vago,
que se constituye y diferencia a lo largo de la
vida, con periodos de equilibrio y periodos
de inseguridad, con intensicaciones y
debilitamientos, con ilusiones y falseamientos,
tanto más auténtico cuanto más fundado en
Acta Herediana vol. 63, N° 2, julio 2020 - diciembre 2020
124
los efectos de la vida activa”, la conciencia
de los valores de la personalidad (en la cual
“las vicisitudes de la existencia, sobre todo de
la educación, en que la valoración –explícita
o implícita- que hacen de nosotros los demás
es a veces de incalculables consecuencias,
incluso para la constitución del carácter”),
el conocimiento de uno mismo (“tarea
forzosamente imperfecta, con un margen
de ilusión que nadie puede medir y cuyas
ventajas y peligros escapan a la previsión”),
y, nalmente, el ideal de la propia persona
(“producto de las aspiraciones más íntimas y
de lo que admira sin reservas en materia de
bienes subjetivos”, cuya presencia “contribuye
a organizar la actualidad de cada cual, por
lo menos en situaciones particularmente
importantes para la estima propia”).
Concluye esta sección con una armación
categórica:
La injerencia de la intención del yo en el
funcionamiento de la personalidad se muestra
de manera relevante en los actos de dominio
de si, de disciplina, de vencimiento interior,
de educación reexiva. Con el ejercicio de la
voluntad el sujeto determina la dirección de la
actividad personal conforme a exigencias del
espíritu o a modelos de conducta que requieren
oponer resistencia a determinadas tendencias,
especialmente a las de naturaleza sensual.
La lectura de las citas previas permite reconocer
que Delgado propone en sus términos y en su
momento lo que después Erikson denominará
identidad.
Llegado el momento de exponer las teorías
sobre la personalidad y el carácter, Delgado
señala que “esbozamos solo algunas de las que
se han mostrado realmente fecundas para la
clasicación y comprensión de los hombres”,
anotando por último que “no consideramos las
llamadas tipologías empíricas, fundadas en la
averiguación estadística de valores o relativos
a las diferencias de raza, sexo, profesión,
posición social, etc.”
Así, aparte de Hipocrates se exponen los
sistemas tipológicos de Ernst Kretschmer, el de
los hermanos Jaensch, el de Pfahler, el de Jung
y el de Spranger. Como ya habíamos señalado,
predomina el mundo alemán de la psicología.
El tono es fundamentalmente expositivo,
pero eso no es óbice para que proponga ideas
propias.
Algo llamativo es el gran interés concedido a la
obra de Nicolai Hartmann, destacado lósofo
alemán, cuyas ideas aparecen en La personalidad
y el carácter. Delgado sentía una profunda
admiración por este pensado
6
, habiéndole
dedicado un escrito (Delgado 1956).
Hartmann fue entre 1925 y 1950 una de las
grandes personalidades de la losofía alemana,
cuyos libros, constantemente reeditados,
trataban de la ontología, la epistemología, la
ética y la estética (Cicovacki 2014), algo que
contrasta con el olvido en que ha caído hoy día
su obra.
Este pensador alemán es completamente
desconocido para los psicólogos de
nuestros días, orientados a un enfoque de la
personalidad en el cual el trabajo experimental
y la perspectiva matematizante ejercen una
poderosa inuencia.
7
Es verdad: no era un
experto en temas de personalidad ni mucho
menos, pero en sus escritos se reconoce primero
una sólida base de información cientíca,
6 Hartmann es más citado inclusive que Freud en este libro.
7 Pero además está el hecho de que la mayoría de trabajos suyos
no ha sido traducida al inglés y, por lo tanto, los psicólogos
angloparlantes no pueden conocer su obra (Fahrenberg 2015),
en la cual si bien es verdad que ningún título está dedicado
especícamente a la psicología, esta ciencia es tratada constan
temente (Kessel 2019).
Acta Herediana vol. 63, N° 2, julio 2020 - diciembre 2020
125
incluyendo a las ciencias naturales
8
y, además,
la proposición de algunos planteamientos
que fueron de interés para los psiquiatras
y psicólogos de su época, como por ejemplo
Kurt Schneider y Max Scheler (Danzer 2011,
Goddemeier 2017, Kessel 2019).
El libro de Hartmann mencionado en La
personalidad y el carácter es Ethik (Hartmann
1926), uno de los más importantes sobre el
tema escritos en el siglo XX (Vélez León 2016).
Ethik es un trabajo monumental tanto en sus
8 Hartmann comenzó estudiando medicina, pero dejó esta área del
saber para estudiar losofía.
dimensiones (más de 800 páginas) como en su
propósito, pues se proponía abarcar todo lo que
en Occidente se entendía bajo el término de ética
(Vélez León 2012). En esta obra, como en casi
todas del gran pensador alemán, encontramos
una gran riqueza en planteamientos, particular
sutileza en el análisis de complejos problemas
de la conducta humana, precisión a la par que
fuerza argumentativa y propuestas sugestivas.
Todo esto en un estilo sobrio, parco, directo
pero no carente de elegancia.
9
Además,
9 “Los libros de Hartmann se leen, sin prescindencia de su
profundidad y sin dejar de lado la vastedad de sus horizontes
temáticos, de modo fácil, y a lo largo de muchos párrafos el
lector permanece subyugado. Están escritos en un lenguaje
Tabla 3: Estructura del libro La personalidad y el carácter
Capitulo Contenido
LA PERSONALIDAD NORMAL
1. Deniciónylimitaciónfenomenológica;
2. Estructurageneraldelapersonalidad;
3. Evolucióndelapersonalidad;
4. Dinámicadelapersonalidadyformacióndelcarácter;
5. Tiposdecarácter;
6. Factoresgenéticosycondicionesdeintegración;y,
7. Caracterografía
LA PERSONALIDAD ANORMAL
1. Antecedentes;
2. Circunscripcióndelconcepto;
3. Aspectodescriptivoyestructural;
4. Variedaddeformas;
5. Predisposiciónhereditaria;
6. Constitución;
7. Inuenciadelmedio;
8. Portepersonal;
9. Relaciónconlasenfermedadesmentales;
10. Resumen
LA PERSONALIDAD Y LA CRISIS
DE LA CULTURA
1. Concepto de cultura
2. Elespíritudenuestraépoca;
3. Crisis actual de la cultura
4. Aceleracióndiscordanteeneldesarrollo;
5. Distanciamiento entre el adulto y el niño
6. El niño, fontanar de cultura
7. Conclusión
Acta Herediana vol. 63, N° 2, julio 2020 - diciembre 2020
126
precisamente en este libro, así como en Das
Problem des geistiges Seins (Hartmann 1932) una
obra asimismo monumental, Hartmann trata
in extenso temas psicológicos.
Su teoría de los estratos del mundo real,
el orgánico, el psicológico y el espiritual
(que elaborara en los años 30), así como los
principios que formulara para establecer
las relaciones entre ellos (el superior se basa
siempre en el inferior, es menos fuerte que el
anterior, pero posee libertad de desarrollo)
fueron muy bien recibidas en los círculos
alemanes que estudiaban la personalidad,
y algunos neurocientistas las encuentran de
gran interés (Jung 1922).
Los años no transcurren en vano. El paso del
tiempo ha cobrado su tributo con respecto
a La personalidad y el carácter. La psicología
de la personalidad es hoy estudiada con
procedimientos y parámetros lejanos a los que
predominaban en la época en la cual Delgado
escribe su libro (Dumont 2010). Y los teóricos
de la personalidad son también otros: pocos
leen hoy a Spranger y pocos también los que
frecuentan las obras de Jung.
Y, sin embargo, las descripciones que
hace Delgado de las tipologías que hemos
mencionado, y las reexiones que formula
en torno a la personalidad, su estructura, y al
carácter conservan actualidad, pues se trata
de conceptos en los cuales lo permanente se
mezcla con lo cambiante, lo de hoy se integra a
lo de siempre, y eso hace que a pesar del tiempo
transcurrido podamos reconocer elementos
del pasado en la psicología de la personalidad
de hoy.
Así, si bien el término carácter ha sido casi
expulsado del campo de la psicología después
claro, elegante y sin embargo directo, que apunta a la precisión
conceptual y es ajeno a manierismos y construcciones
articiosas” (p. 49), así calica Harich (2000) a los libros de este
pensador.
de que McDougall (1932) pronunciara la
“sentencia de muerte” contra él, conserva
plena actualidad la idea (que Delgado
deende) de que la personalidad y el desarrollo
de la persona no solo dependen de factores
internos como el temperamento, sino también
hasta cierto punto de procesos de deliberada
modicación de la conducta por medio de la
autoeducación y del seguimiento de modelos
de comportamiento. Más aún: se revela como
moderna.
conclusiones
Psicología y La personalidad y el carácter
constituyen las expresiones más claras y
sistemáticas del interés de Honorio Delgado
por la cosa psicológica.
Destacamos lo de expresiones más claras
porque lo cierto es que a lo largo de toda su
actividad publicista iniciada el primer día del
año 1915 y continuada hasta el n de sus días
en noviembre de 1969, el psiquiatra peruano
abordó repetidamente temas psicológicos.
Así es. Nos hemos referido a dos obras, pero
encontramos muchos trabajos más, artículos,
capítulos de libros, ensayos, libros mismos,
en que Delgado trata de temas psicológicos.
Comenzando por su tesis doctoral en ciencias,
pasando por Algunos aspectos de la psicología
del niño (Delgado 1922) y La formación
espiritual del individuo (Delgado 1933), para
concluir con Contribuciones a la psicología y a
la psicopatología (Delgado 1962), libro jubilar
con motivo de sus 70 años, en el cual cinco de
los siete trabajos suyos incluidos tratan de la
psicología, ciertamente en su vinculación con
la psicopatología, a saber: “En torno al alma
ajena”, “Psicología general y psicopatología
de la voluntad”, “Psicología general y
psicopatología de las tendencias instintivas”,
“Psicología general y psicopatología de la
Acta Herediana vol. 63, N° 2, julio 2020 - diciembre 2020
127
consciencia del yo”, y “Psicología general y
psicopatología de la inteligencia”.
La lectura de todos estos trabajos, publicados a
lo largo de muchos años
10
, nos permite inscribir
de modo inequívoco a Honorio Delgado en
la línea de la psicología fenomenológica,
corriente losóca de gran signicado, con
nombres como los de Husserl y Rickert que
aún hoy resuenan y cuyas obras siguen siendo
leídas, la fenomenología adquirió también
carta de ciudadanía entre psiquiatras y
psicólogos así como entre cientícos sociales.
La mejor demostración de eso la tenemos
en el gran aporte conceptual de Max Weber,
gura central del pensamiento sociológico
del siglo XX. En la psiquiatría y la psicología
la gura más representativa fue Karl Jaspers
(1883-1969), cuya Allgemeine Psychopathologie
[Psicopatologia general, Jaspers 1913] fue
celebrada en el centenario de su publicación
aún no hace mucho.
Otro importante propulsor fue Max Scheler
(1874-1928), al cual Delgado se reere de
manera detenida en La formación espiritual
del individuo (Delgado 1943), y cuyo nombre
también aparece entre los más citados en
Psicología. Personalidad fulgurante, pensador
penetrante aunque poco sistemático y
proclive al desorden, Scheler incursionó con
lúcidas intuiciones en algunos de los más
intrincados meandros del psiquismo humano.
El resentimiento fue uno de los temas que con
mayor lucidez abordó (Scheler 1912), pero
también otros fenómenos psicológicos de peso
relativamente menor pero igualmente dignos
de estudio: la vergüenza por ejemplo (Scheler
1957).
10 Al comenzar este trabajo hemos hecho referencia a estos
trabajos. Solo debemos agregar que “En torno al alma ajena”
se publicó en 1953 (Delgado 1953).
Sus ideas, unidas a su profundo conocimiento
de la psicología de su época y también del
psicoanálisis (Scheidt 1986), explican el
atractivo y la inuencia de este pensador entre
numerosos psiquiatras y psicólogos. Uno de
ellos fue Honorio Delgado.
Algunos de los críticos del psiquiatra peruano
cuestionan el enfoque fenomenológico y
se expresan en términos muy escépticos
acerca de él. Lo que no se entiende es que la
fenomenología en el campo de la psicología y
la psicopatología ha dado valiosos frutos. Fue
la fenomenología la que, a través de la obra
seminal de Karl Jaspers (1913), sentó las bases
de la moderna psicopatología. Y se olvida,
de otro lado, que muchos de los problemas
del mundo moderno, en su desaante
complejidad, en su naturaleza inédita, en su
signicación social, solo pueden ser abordados
desde una perspectiva fenomenológica. Por
eso es “que no parece que haya llegado el
momento de que se tenga que renunciar a [el
método fenomenológico] de forma absoluta”
(Jarne Esparcia & Requena Varón 2015: 50).
La crítica, asimismo escuchada, de que la
de Delgado es una psicología y hasta una
psiquiatría con “demasiada losofía”, es tal
vez la más equivocada porque “presupuestos
losócos sobre la naturaleza humana se
encuentran en la disciplina que se ocupa de
los asuntos de los hombres y las mujeres y, en
particular, si se trata de asuntos psiquiátricos y
psicológicos” (Pérez Álvarez 2012: 21).
Como todo método, como todo acercamiento
al ser humano, la fenomenología tiene sus
limitaciones. Como los tienen otras formas
de entender la condición del hombre. Sin
embargo, el interés de la fenomenología por la
experiencia de primera persona, “tal como las
personas viven y experimentan lo que les pasa”
(Pérez Álvarez 2012:173), la presenta como la
Acta Herediana vol. 63, N° 2, julio 2020 - diciembre 2020
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mayor alternativa a la concepción nosológica y
neurobiológica de la problemática psicológica.
Concluimos. Psicología y La personalidad y el
carácter, concluimos, son solo hitos del interés
de Delgado por la psicología, un interés
permanente y con resultados fructuosos,
porque así como se puede decir que Honorato
de Balzac con sus más de 90 novelas, es en
mismo toda una literatura (Silva-Santisteban
2017), igual se puede sostener que Honorio
Delgado es en sí mismo toda una psicología:
la psicología general, la psicología del
desarrollo, la psicología social, la psicología
de la creatividad, la posibilidad del saber
psicológico, todo eso y mucho más está en su
obra.
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coRResponDenciA:
Ramón León
rld310850@yahoo.com.mx
Fecha de recepción: 24-06-2020.
Fecha de aceptación: 21-07-2020.