Acta Herediana vol. 62, N° 1, enero 2019 - junio 2019
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estoy solo, enfermo, pobre y triste”. Confesó
que amaba el alcohol porque le tenía miedo a
la soledad.
Hay muchos recuerdos, todos dolorosos en
torno de este personaje. Uno de ellos es el que
apareció en el diario La Crónica del 7 de abril
de 1953, suscrito por José Gálvez, el recordado
autor de Una Lima que se va: “Martínez Luján
no era hombre de café. Iba al Maximiliano al
comienzo del puente, y, luego, según es fama, solía
encaminarse a algún hotelucho de mala muerte de
Abajo el Puente, y haciendo sonar un sol de plata en
el mostrador, frente al cual dormitaba el cuartelero,
decía, con su voz aguda de tiple en decadencia: “un
sol de chinches”, y dormía en el cuartucho hasta
muy entrada la mañana.
En el índice del Registro General del Hospital
Dos de Mayo correspondiente a 1933, se
lee:“Consultorio.- Murió.-Morgue”, sin ningún
dato adicional.
Bohemio fue también Alfonso de Silva (Alfonso
Silva Santisteban). Era chalaco, músico y poeta.
En París se vio obligado a tocar violín en los
restaurantes, pero con mejor suerte después en
boites. Músico de escuela, dominaba el violín
y el piano. Estuvo ligado sentimentalmente a
Alina Lestaunat; falleció en Lima el 7 de mayo
de 1937.
Juan José Lora oLivares (1902-1961)
dominGo martínez LuJán (1875-1933)
Cuando Carpio y Silva se reunían, dejaban
escuchar verdaderos conciertos, con la
tolerancia de las autoridades del hospital:
el manicomio era “una especie de quinta de
reposo y residencia de artistas”.
En el caso de Martín Adán (seudónimo de
Rafael de La Fuente Benavides), fue llevado al
nosocomio con el propósito de protegerlo por
el investigador en cuestiones del idioma Pedro
Benvenutto Murrieta, autor de dos valiosos
libros: Quince plazuelas, una alameda y un
callejón (1932) y El lenguaje peruano (1936). Allí
tendría casa segura y alimentación adecuada y
oportuna.
En los lejanos años de su juventud La Fuente
había sorprendido gratamente con la novela
La casa de cartón (1928), breve libro que fue
prologado por Luis Alberto Sánchez y para el
que José Carlos Mariátegui escribió el colofón.
Una escritora de reconocido prestigio
Mercedes Cabello de Carbonera, fue conducida
al Manicomio del Cercado el 27 de enero de
1900. Era director el médico David Matto.
Su estancia se prolongó durante diez años.
¿Cuál fue la causa de su demencia? Patricio
Ricketts se impuso la tarea de establecer qué
motivó la locura de doña Mercedes y en sus
investigaciones halló la historia clínica: sílis
era la enfermedad que la señora Cabello no
tenía por qué haber padecido. Pero casada