Acta Herediana vol. 62, N° 1, enero 2019 - junio 2019
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Periodista y escritor de crónicas.
Locos iLustres en eL HospitaL Larco Herrera
Illustrious insanes in the Larco Herrera Hospital
Manuel Zanutelli Rosas
1
E
n el estudio de Javier Mariátegui, Juan
Francisco Valega y la Lima de su tiempo
(1)
,
leemos que los “huéspedes ilustres”
del Hospital Larco Herrera -en distintas
fechas- fueron Martín Adán (escritor y poeta),
el lósofo Francisco García Calderón Rey
(“quien padecía de satiriasis”), Juan José Lora
(poeta), Luis Valle Goicochea (poeta, escritor y
periodista), Domingo Martínez Luján (poeta),
el periodista Jorge Miota; y, los músicos
Alfonso de Silva, Luis Duncker Lavalle y
Roberto Carpio. Todos ellos con sus propias
características y causas de internamiento.
(2)
García Calderón Rey era lósofo y diplomático,
se crió en Londres y París, representó al Perú en
la Liga de las Naciones en los años 1920, 1932
y 1938; fue también ministro plenipotenciario
en Francia en 1930. Raúl Porras Barrenechea
dijo que era de un “temperamento tolerante y
ecuánime”.
La “aguda crisis nerviosa” que atormentó su
vejez se habría presentado también en 1905,
según Luis Alberto Sánchez. Nunca curada
o nunca atendida, García Calderón pagó las
1 Lima, 2000. Fondo Editorial del Congreso del Perú, pág. 88.
2 Psiquiátras y locos 1850-1930. Augusto Ruíz Zevallos. Instituto
Pasado y Presente. Lima, 1994. 156 págs. La versión referida a
los pacientes ilustres está en el anexo.
consecuencias y dejó de existir en el manicomio
el 1° de julio de 1953.
Juan José Lora, chiclayano educado en Trujillo
estuvo vinculado al Grupo Norte; y, en Lima
trabajó en la Biblioteca Nacional. Dejó obra
escrita, como Chiclayo y Con sabor a mamey.
Falleció en 1961.
Domingo Martínez Luján vivió en los Barrios
Altos y asumió el seudónimo literario
de Domingo del Prado (calle de su barrio).
No siempre había sido un descontrolado
trasnochador. Ejerció el periodismo en La
Opinión Nacional y, en Arequipa, en los últimos
años del siglo XIX en La Bolsa. En una entrevista
que le hizo José Carlos Mariátegui el 13 de
setiembre de 1916 en El Tiempo, declaró: “Yo
Francisco García caLderón rey (1883-1953)
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estoy solo, enfermo, pobre y triste”. Confesó
que amaba el alcohol porque le tenía miedo a
la soledad.
Hay muchos recuerdos, todos dolorosos en
torno de este personaje. Uno de ellos es el que
apareció en el diario La Crónica del 7 de abril
de 1953, suscrito por José Gálvez, el recordado
autor de Una Lima que se va: “Martínez Luján
no era hombre de café. Iba al Maximiliano al
comienzo del puente, y, luego, según es fama, solía
encaminarse a algún hotelucho de mala muerte de
Abajo el Puente, y haciendo sonar un sol de plata en
el mostrador, frente al cual dormitaba el cuartelero,
decía, con su voz aguda de tiple en decadencia: “un
sol de chinches”, y dormía en el cuartucho hasta
muy entrada la mañana.
En el índice del Registro General del Hospital
Dos de Mayo correspondiente a 1933, se
lee:“Consultorio.- Murió.-Morgue”, sin ningún
dato adicional.
Bohemio fue también Alfonso de Silva (Alfonso
Silva Santisteban). Era chalaco, músico y poeta.
En París se vio obligado a tocar violín en los
restaurantes, pero con mejor suerte después en
boites. Músico de escuela, dominaba el violín
y el piano. Estuvo ligado sentimentalmente a
Alina Lestaunat; falleció en Lima el 7 de mayo
de 1937.
Juan José Lora oLivares (1902-1961)
dominGo martínez LuJán (1875-1933)
Cuando Carpio y Silva se reunían, dejaban
escuchar verdaderos conciertos, con la
tolerancia de las autoridades del hospital:
el manicomio era “una especie de quinta de
reposo y residencia de artistas”.
En el caso de Martín Adán (seudónimo de
Rafael de La Fuente Benavides), fue llevado al
nosocomio con el propósito de protegerlo por
el investigador en cuestiones del idioma Pedro
Benvenutto Murrieta, autor de dos valiosos
libros: Quince plazuelas, una alameda y un
callejón (1932) y El lenguaje peruano (1936). Allí
tendría casa segura y alimentación adecuada y
oportuna.
En los lejanos años de su juventud La Fuente
había sorprendido gratamente con la novela
La casa de cartón (1928), breve libro que fue
prologado por Luis Alberto Sánchez y para el
que José Carlos Mariátegui escribió el colofón.
Una escritora de reconocido prestigio
Mercedes Cabello de Carbonera, fue conducida
al Manicomio del Cercado el 27 de enero de
1900. Era director el médico David Matto.
Su estancia se prolongó durante diez años.
¿Cuál fue la causa de su demencia? Patricio
Ricketts se impuso la tarea de establecer qué
motivó la locura de doña Mercedes y en sus
investigaciones halló la historia clínica: sílis
era la enfermedad que la señora Cabello no
tenía por qué haber padecido. Pero casada
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con un libertino pagó las consecuencias de un
matrimonio precipitado y absurdo.
practicaba el espiritismo. En su condición de
masón llegaría a ser Gran Canciller Secretario
del Consejo Supremo Grado 33.
(3)
El “tratamiento” para los enfermos consistía
sobre todo en baños de ducha y tina y cuando
eran pacientes que habían perdido el control
eran encerrados en una especie de jaula de
madera.
También el poeta Luis Valle Goicochea pasó
una temporada en el loquerío de Magdalena
Nueva. Nació en Trujillo en 1911 en el pueblo
de La Soledad, su tierra de la niñez y primera
juventud; radicaría en Lima. Fue autor de Las
canciones de Rinono y Papagil
(4)
; El sábado y la
casa vendría después
(5)
. Expresa como entre la
vigilia y el sueño que “la tristeza camina/por
las calles del pueblo” y a su padre “la voz se
le oscurece” cuando llega la noticia que “Dios
se ha llevado a Rosario”. Toda una tragedia
familiar que lo conmueve y lo hunde en la
desesperanza.
Perteneció a la generación de 1930, con
Martín Adán, con Xavier Abril, con Julio
3 Véase del autor de esta crónica Concordia Universal. Cien años de
historia de una logia (1849-1949). Callao, 1996.
4 Lima. Compañía de Impresiones y Publicidad; 63 páginas en
formato de 18 cms. Potada de Camilo Blas.
5 Lima, 1934. Compañía de Impresiones y Publicidad.
martín adán (1908-1985)
aLFonso de siLva santisteban (1902-1937)
estampiLLa de HomenaJe deL 27/09/1988
Falleció en Lima el 12 de octubre de 1909 en el
hospital de locos situado en los Barrios Altos.
En la medida en que se fue conociendo el
verdadero perl de la escabrosa personalidad
de su esposo, los vínculos sociales de él se
fueron esfumando. Putañero, era conocido en
los burdeles y casas de cita donde posiblemente
contrajo la enfermedad. Como ya le era difícil
residir en Lima, se fue a vivir a Chincha en
1879, según Hermilio Valdizán. Desconocido
en el pueblo, sin relaciones de ninguna índole,
se vio en la urgente necesidad de fundar una
botica para hacer frente a sus gastos de la vida
diaria. El paso del tiempo lo fue acabando; sin
nadie a su lado y completamente solo terminó
su existencia en 1885. Se desconoce dónde está
o estuvo enterrado.
El manicomio de la Magdalena era el nuevo
local; el antiguo, llamado Hospital Civil de
la Misericordia, estuvo en la actual Avenida
Sebastián Lorente (antes, Avenida Huaylas y
Avenida de los Incas). Viejo, muy viejo, había
sido inaugurado el 16 de diciembre de 1859.
En esa casa de salud fue internado Carlos
Paz Soldán (Arequipa 1844-Lima 1926) por
su propia familia y sin estar enfermo. Estuvo
encerrado desde las últimas semanas de 1885
hasta el comienzo de 1886. ¿El motivo? Porque
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Garrido Malaver. Fue, sobre todo, poeta. Poeta
desgarrado en su conmovedora sencillez. Para
vivir trabajó en La Industria de Trujillo, en El
Comercio de Lima y en la Biblioteca Central
de la Universidad de San Marcos. Lo ganó la
bohemia y el alcohol; contribuyó a derrumbarlo
una tristeza lancinante, acaso congénita, y
amores al parecer no correspondidos.
En Arequipa conoció al director del diario El
Deber, fraile mercedario Víctor M. Barriga,
quien le brindó acogida. Valle tenía veintiún
años cuando en 1932 publicó el poemario Las
canciones de Rinono y Papagil.
En 1936 publicó La elegía tremenda y otros
poemas
(6)
con portada de Camilo Blas. Dio a
conocer el relato Los zapatos de cordobán (1938)
y el cuento El naranjito de Quito en El Comercio
del 4 de mayo de 1939. Editó Parva (1938), Paz
en la tierra (1939) y Miss Lucy King y su poema
(1940).
La vida se endureció y Valle Goicochea hizo su
ingreso al convento de la Recoleta del Cuzco, en
busca de paz espiritual. Novicio franciscano en
1944-1947 en el Cuzco. ¿Tuvo un sincero deseo
6 Compañía de Impresiones y Publicidad. Portada de Camilo
Blas.
de servir a Dios? Su presencia en los claustros
fue efímera, extremadamente breve. De 1946
data el drama en verso Jacobina Sietesóleos y de
1952 el drama Marianita Coronel.
En Lima empezó nuevamente a ejercer el
periodismo y a beber. En El Comercio, como
reportero, rmaba con el seudónimo de Carlos
Bernabé artículos de crítica de teatro y libros.
Las malas noches y el licor lo ganaban.
El 8 de mayo de 1949 le escribió, desde el
hospital para alienados una carta conmovedora,
reejo de su alma atormentada, en estos
términos:
Mi querida Esthercita, amiga inefable: Te
empiezo a escribir hoy domingo, y no sé
francamente cuándo acabaré de hacerlo.
He tomado este único cuaderno y me valgo
de lápiz menguado, mezquinos menesteres
que he podido conseguir para satisfacer la
necesidad de este mensaje…
Cuando Valle estuvo nuevamente fuera del
nosocomio no supo qué hacer. Sin voluntad,
incapaz, según parece, de hacer algo por sí
mismo, acudió donde los padres redentoristas,
quienes le brindaron techo y, para que “aceptara
el alojamiento” y no se sintiera disminuido, le
encargaron la catalogación de los libros de la
biblioteca.
Luis vaLLe GoicocHea (1908-1953)
mercedes cabeLLo de carbonera (1845-1909)
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La salud de Valle, en el verano de 1950, estaba
muy resquebrajada y lo internaron en el
Hospital Larco Herrera. Uno de sus médicos
fue el notable psiquiatra Juan Francisco Valega.
De esa época son las cartas a Esther M. Allison.
En la edición de la tarde del diario en que
laboraba publicó el relato El árbol que no retoña
(1951), novela que por motivo de su trágico
deceso quedó incompleta. El nal llegó el 13
de agosto de 1953. Lo encontraron agonizante
sobre la pista de una calle limeña. La policía lo
condujo al Hospital Dos de Mayo y ese mismo
día falleció. De allí pasó a la Morgue. No había
forma de saber quién era esa persona astrosa,
de barba crecida, oliente a licor. En uno de los
bolsillos del saco le encontraron la tarjeta de
un amigo que al ser buscado por la policía
identicó el cadáver. Su velorio y posterior
entierro fueron una manifestación intensa de
pesar.
En junio de 1956 Marco Antonio Corcuera a
través de los Cuadernos trimestrales de poesía, le
rindió homenaje con Muera la muerte. En 1974
el Instituto Nacional de Cultura editó su obra
poética.
Su velorio en la Asociación Nacional de
Escritores y Artistas (ANEA) y posterior
entierro fueron una manifestación intensa
de pesar. En la poesía completa de Valle fue
editada en 1974 por el INC, con un prólogo
suscrito por Aurelio Miró Quesada.
Quisiera terminar esta crónica con unas líneas
recordatorias sobre Samuel Mac Mahon,
maquinista del Huáscar, nacido en Nueva
Jersey en 1845.Combatió en Angamos el 8 de
octubre de 1879. Muchos años después de
la contienda fue internado por los médicos
Leonardo Villar y Juan Champion, a solicitud
de su esposa Elisa Neil. El diagnóstico decía:
Locura tóxica (alcoholismo), que se complicó
con una nefritis parenquimatosa, según el
certicado que aparece en su expediente.
(7)
Falleció el 12 de mayo de 1894.
7 Archivo Histórico de Marina.
samueL mac maHon (1845-1894)
de izquierda a derecHa, eL cuarto de pie es Luis vaLLe GoicocHea.