Acta Herediana vol. 62, N° 1, enero 2019 - junio 2019
1 Profesor principal. Facultad de Educación, Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH).
Ceremonia de apertura del
año aCadémiCo 2019
*
Opening Ceremony of 2019 Academic Year
Manuel Bello DoMínguez
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Sres. autoridades de la mesa, profesores eméritos, ex rectores, invitados especiales, directivos y docentes, estudiantes,
personal administrativo, familiares y público en general:
HoMenaje
I
nicio este discurso felicitando a las
autoridades de la universidad por la
incorporación de un grupo excepcional
de docentes a la condición extraordinaria de
profesores eméritos. Se trata de un merecido
reconocimiento a su trayectoria y aporte
personal y colectivo. Pero quiero destacar
que es nuestra institución la que más gana
al proclamar la continuidad del vínculo
académico y moral con cada uno de ellos, más
allá de las normas y los plazos formales de
nalización de la relación laboral.
Como herediano, he sido testigo cercano
y frecuente de la constante e invalorable
contribución de todos los colegas
homenajeados, al desarrollo institucional
y al crecimiento del prestigio de la UPCH,
en todas las facetas de la vida universitaria.
Han destacado en sus múltiples roles de
liderazgo, tanto en espacios o momentos
especiales como en la marcha cotidiana de la
universidad, inspirando a varias generaciones
de jóvenes docentes y estudiantes. Gracias
queridos profesores por su compromiso y su
protagonismo.
Desafíos universitarios
A propósito del ejemplo de protagonismo de
los profesores eméritos, me dirijo ahora a los
jóvenes que inician su vida universitaria este
año, para invitarlos a vivir su experiencia
estudiantil también como verdaderos
protagonistas. Esta nueva etapa de su
vida incluye desafíos muy interesantes,
tanto individuales como sociales. Por un
lado, están las tareas de construcción de su
propia identidad y de su personalidad como
adultos, como profesionales exitosos y como
ciudadanos responsables. Por otro lado, están
los retos compartidos, tales como contribuir
al fortalecimiento de nuestra universidad,
promover los cambios que necesita nuestro
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país, aportar al desarrollo de la ciencia y
la tecnología, y defender el pensamiento
académico, racional y crítico, frente a las
amenazas crecientes de la irracionalidad y del
negacionismo.
A nivel global, el período de formación
universitaria que ahora inician coincide con un
momento extraordinario para la humanidad,
marcado al mismo tiempo por procesos
contradictorios como la fascinante revolución
de las tecnologías, el cambio climático que
amenaza a la supervivencia del ser humano, y
el compromiso internacional con los Objetivos
de Desarrollo Sostenible, conocidos como
Agenda 2030, en los que se expresa una visión
universal optimista de la vida de todas las
personas sobre el planeta.
Ustedes han terminado el colegio y ahora
tienen la oportunidad de estudiar en una
universidad que les ofrece educación de buena
calidad y la posibilidad de un futuro brillante.
Pero no olviden que el Perú es un país muy
desigual, en el que muchos jóvenes de su
edad no han logrado ni podrán terminar la
educación secundaria, obligados a trabajar
para sobrevivir, o por tener que asumir una
maternidad prematura y no deseada.
El desarrollo personal hacia la adultez es una
tarea que deben asumir, que no pueden vivir
de manera pasiva o resignada; es una tarea
que demanda esfuerzos y aprendizajes, que
dependen de la voluntad y el empeño puesto
en aprovechar las oportunidades. A eso me
reero con la invocación a ser protagonistas
de esta etapa de sus vidas: ser agentes activos
y estratégicos del desarrollo personal, con
metas, iniciativas y proyectos, y no simples
espectadores o receptores de los estímulos que
ofrecen las familias, los amigos, o los profesores.
Nunca acepten ser actores secundarios en una
vida protagonizada por otros.
La tarea del desarrollo personal comprende
varias dimensiones, pero la vida universitaria
otorga especial importancia a los procesos
cognitivos superiores, como el pensamiento
abstracto, el lenguaje y el “juicio moral”. Estas
dimensiones no maduran espontáneamente
solo por el paso del tiempo; por el contrario,
su desarrollo depende de determinadas
experiencias, que las activan y las ejercitan. No
todas las personas logran los niveles más altos
del funcionamiento cognitivo, que permiten
-por ejemplo- seleccionar lo importante en
una situación compleja, hacer deducciones o
inferencias, anticipar consecuencias, elaborar
estrategias para solucionar problemas, criticar
y argumentar con fundamento, diferenciar
creencias supersticiosas de armaciones con
base racional o cientíca, y aprender en forma
activa e independiente.
El juicio moral, por otra parte, es la capacidad
para distinguir entre el bien y el mal desde una
perspectiva social y humanista, en función de
valores y principios, y no haciendo prevalecer
los intereses individuales o grupales. La
actual crisis de corrupción que afecta a
nuestro país nos obliga a todos a atender
con prioridad el desarrollo del juicio moral,
como condición esencial de la ciudadanía
y de la convivencia social. Debemos ser
intolerantes con la corrupción en cualquiera
de sus manifestaciones, grandes o pequeñas;
no podemos permitir que algunos individuos
sin escrúpulos se benecien indebidamente,
perjudicando a nuestras comunidades.
El desarrollo del pensamiento y del juicio
moral, y de otras áreas de la personalidad,
depende de la interacción con los demás, de
la participación en actividades y en procesos
sociales. Se aprende y se crece leyendo mucho,
escuchando mucho y, sobre todo, preguntando
mucho. Preguntando a los compañeros, a
los docentes, a los tutores, a los consejeros y
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a las autoridades. Se crece pidiendo ayuda
y aprovechando todos los servicios que
ofrece la universidad. Y también se aprende
enseñando: los conocimientos se consolidan
cuando tenemos la oportunidad de explicar
a un compañero algo que él no ha logrado
comprender. El aislamiento y la arrogancia
egoísta no son una buena opción.
Todos somos integrantes de comunidades,
en varios planos y dimensiones. Somos
parte de una familia, de un barrio, de una
provincia; hemos sido miembros de un
colegio, compartimos la pertenencia a un
país, a una región, somos integrantes de la
especie humana. Ustedes, estudiantes, ahora
se han incorporado a esta comunidad llamada
Universidad Peruana Cayetano Heredia, y en
su interior integran una promoción en alguna
de las carreras que ofrece la universidad. Ser
protagonista también es prestar atención a la
vida que uye en las comunidades e identicar
las oportunidades y retos, para aprender en
todos los espacios y crecer como seres humanos
plenos, en interacción con los demás.
Pregúntense, por ejemplo, ¿cómo quieren que
sea su relación de estudio y convivencia con
sus compañeros de promoción, este año y a
lo largo de toda la carrera? Lo habitual es que
se impongan dos características de la cultura
universitaria tradicional: la expectativa del
éxito individual, y la competencia por ser el
mejor o uno de los primeros de la promoción.
Por lo general, las dinámicas competitivas de los
cursos producen un grupo de estudiantes con
rendimiento alto, otro con notas intermedias y
otro con notas bajas y hasta desaprobatorias.
Este modelo educativo tradicional se inspira
en la teoría de Darwin sobre la selección en
la evolución de las especies: los más fuertes
sobreviven, en tanto que los más débiles se van
quedando en el camino.
Pero la educación no tiene por qué ser selectiva;
existe una alternativa superior a la selección, y
más humana, que es el modelo de la educación
inclusiva. Este nuevo modelo educativo
propone que el éxito individual sea solo una
parte de la nalidad de la enseñanza, que aspira
y espera el éxito de todos; en la educación
inclusiva se pretende que todos aprendan,
que nadie se quede atrás. Y la competencia se
puede usar, en algunos momentos, como en
los juegos y en el deporte, pero se subordina
a la cooperación, que es la clave para que
todos logren los objetivos. ¿Les parece una
utopía? No lo es. Sugieran a sus docentes que
las actividades de los cursos se organicen de
modo que todos aprendan, que todos logren
los objetivos, que todos aprueben, recurriendo
para ello a estrategias de enseñanza y
aprendizaje basadas en la cooperación y no en
la competencia. Si logran algo así en sus cursos
ya habrán empezado a cambiar el mundo.
Hablemos ahora de esa comunidad un poco
más grande que el grupo de aula y la carrera,
que se llama Universidad Peruana Cayetano
Heredia, con ocho facultades y muchas carreras
y posgrados. Esta universidad, ustedes deben
saberlo, no tiene dueños, no pertenece a
una empresa nacional o internacional, no
depende de alguna organización religiosa.
La “Cayetano” es una asociación sin nes de
lucro, laica, integrada por todos sus docentes
permanentes y por todos sus estudiantes,
comprometida con el desarrollo del país y no
con los intereses de algún grupo empresarial,
político o religioso.
Ahora ustedes son integrantes de esta
asociación, participarán en procesos electorales
para elegir a sus representantes y -a partir
de segundo año- podrán ser candidatos y
ser elegidos para participar en los consejos
de facultades, en el consejo universitario
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o en la asamblea universitaria. Esta
universidad, a diferencia de otras, se gobierna
democráticamente y les permite a ustedes ser
protagonistas también en la gestión, en la vida
y la historia de la institución, no solo en el
campo de los estudios.
La historia de esta universidad es fascinante
y ustedes tienen que conocerla pronto y
se sentirán orgullosos de ella. Hay libros y
artículos publicados sobre la epopeya de la
fundación y las ya casi seis décadas de vida
institucional. Les hablarán de los fundadores,
que forjaron la “Cayetano” para el país y para
jóvenes como ustedes, y nunca reclamaron un
derecho de propiedad individual para ellos
mismos o para sus familiares. Pronto conocerán
esa historia. Lo que yo quiero contarles ahora
es que, recientemente, nuestra universidad
aprobó un plan institucional para cinco años,
que se estará ejecutando mientras ustedes
realizan sus estudios de pregrado.
Una característica interesante de este Plan
Institucional es que toma como marco
orientador al documento de la Organización
de las Naciones Unidas que establece los
Objetivos de Desarrollo Sostenible al año 2030,
que ha sido aprobado y rmado por 193 países
del mundo, incluido el Perú. Los Objetivos
de Desarrollo Sostenible, también conocidos
como “Agenda 2030”, tienen mucho que ver
con los objetivos de la universidad y con lo
que se espera de ustedes como estudiantes y
como futuros profesionales e investigadores.
Al vincularse institucionalmente a la Agenda
2030, la “Cayetano” nos invita a todos a ser
protagonistas en la realización de un ambicioso
plan de alcance planetario.
El propósito de la “Agenda 2030” es la
erradicación de la pobreza, la lucha contra
el cambio climático y la reducción de las
desigualdades en el mundo entero. Consta de
17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y 169
metas asociadas a ellos. Voy a mencionar solo
algunos que nos desafían como universidad,
como profesionales, como investigadores y
especialmente como estudiantes de la UPCH.
Por ejemplo, quienes van a estudiar Nutrición,
Veterinaria y Zootecnia, carreras vinculadas a
la salud materno infantil, entre otras, tienen
como reto el Objetivo de Desarrollo Sostenible
N°2 que propone lo siguiente: “Poner n
al hambre, lograr la seguridad alimentaria
y la mejora de la nutrición y promover la
agricultura sostenible.” Por su parte, aquellos
que van a estudiar carreras relacionadas con
las ciencias de la salud y de la vida, como
Medicina, Tecnología Médica, Enfermería,
Salud Pública, Administración en salud,
Estomatología, Biología o Psicología, deberán
ayudar a lograr el Objetivo N°3, que dice:
“Garantizar una vida sana y promover el
bienestar para todos en todas las edades”. Se
pretende, entre otras metas, reducir la tasa de
mortalidad materna, poner n a las muertes
evitables de niños menores de 5 años, poner
n a las principales epidemias, fortalecer la
prevención, reducir a la mitad las muertes y
lesiones causadas por accidentes de tránsito,
y garantizar el acceso universal a servicios de
salud sexual y reproductiva.
Como mencioné antes, se trata de 17 Objetivos
de Desarrollo Sostenible, y varios más tienen
relación directa con las áreas de docencia y
de la investigación en nuestra universidad.
Es el caso del Objetivo 4, que apunta a lograr
educación de calidad para todas las personas,
y de los Objetivos 14 y 15, que se reeren a
la conservación y sostenibilidad de la vida
en el mar y en los ecosistemas terrestres,
respectivamente. Todos estos desafíos
globales, tan importantes para el Perú,
enriquecen nuestra visión sobre el rol presente
y futuro de nuestra universidad, y sobre el
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importante papel que ustedes podrán jugar
en su realización efectiva como protagonistas,
ahora como estudiantes y más tarde como
profesionales e investigadores.
Estimados estudiantes, docentes, autoridades,
profesores eméritos, invitados especiales,
personal administrativo, padres de familia y
amigos, les deseo a todos un excelente y muy
productivo año académico 2019.