Acta Herediana vol. 62, N° 1, enero 2020 - junio 2020
69
narraciones que pasaban en un instante de
un tono trágico a uno valiente, como el caso
de una joven lechera que fue violada por un
granjero y que luego dio a luz un bebé que
fue adoptado por la mujer del granjero, años
después, cierto día el niño se quedó enredado
en un alambre del que no podía salir, por lo
que se echó a gritar sin consuelo, en eso la
lechera “débil mental” corrió a salvarlo, en un
instante lo desenredó. Cuando nalmente llegó
la supuesta madre -la lechera ya había vuelto
a su trabajo-, el niño le preguntó de cómo era
posible que la treapn (retardada, en el dialecto
local) tuviera las manos tan suaves.
En otra narración le fue contada la historia del
hermano menor de su madre quien en 1936 se
escapó de casa para ingresar al internado de
los Hermanos Marianos a unos 40 km. de la
villa con el n de convertirse en sacerdote. Una
madrugada, antes de que el gallo cantara, se
escuchaba a alguien barriendo en el patio, era
sábado, el día señalado para barrer el patio,
aquel niño había regresado más maduro de
lo que había salido, no se atrevía ingresar a
la casa hasta que lo hicieron ingresar, solo
atinó a cumplir con la tarea del hogar, había
emprendido el retorno solo por nostalgia
(domotožje, en esloveno), nunca más regresó al
internado. Tiempo después aquel joven se iría
a estudiar ebanistería a un pueblo cercano.
Aquellas pequeñas narraciones, según
Handke, se repetirían una y otra vez en sus
libros, narraciones de la expedición de un
hombre solo.
La publicación de su novela debut, Los
avispones (Die Hornisen, 1966) fue el evento
que marcó su retiro de la Universidad de Graz
donde había empezado el estudio de leyes en
1961. Este libro es una cción experimental
donde uno de los personajes, que es ciego,
recolecta retazos de otra novela a través de
lo que oye e imagina que está sucediendo.
Esta novela marcó un quiebre con la corriente
realista de la literatura alemana. Novela no
lineal sino llena de fragmentos de un recorrido
personal donde la observación del entorno es
clave.
Esta forma de narración es constante en toda
la obra de Handke, el poder de la observación,
casi en 360° y con especial atención a los
colores, aquellos que el narrador percibe:
“Los habitantes del pueblo apartado y solitario
que sale en el Bergkristall de Stifter son
muy laboriosos. Cuando una piedra se cae de
un muro la vuelven a poner; las casas nuevas
lasconstruyen como las viejas; los tejados que
tienen algún desperfecto los reparan con el
mismo tipo de pieza de madera. Donde aparece
de un modo claro y llamativo esta tenacidad es en
el caso de los animales: el color se queda en la casa.
En cierta ocasión, en medio de los colores me sentí
como en mi elemento. Los matorrales, los árboles,
las nubes del cielo, incluso el asfalto de la calle
tenía un brillo que no era ni de la luz de aquel día
ni de la estación del año. El mundo de la
Naturaleza y el de las obras del hombre, el
uno a través del otro, me depararon un momento
de beatitud que conozco por las imágenes del
duermevela…”
(2)
Bergkristall de Adalbert Stifter, escrita en 1853,
según el poeta W. H. Auden es “una tranquila y
hermosa parábola sobre la relación del hombre
con los lugares, del hombre con la naturaleza.”
Los escritos de Handke están inmersos en esa
relación, para ello se toma el tiempo necesario,
2 Handke P. La doctrina del Sainte Victoire. Alianza Editorial
Editores. Madrid 1985. El traductor de esta edición. Eustaqui
Barjau, hace referencia a una alusión de Handke al siguiente
pasaje de la obra de Stier, que si en una casa hay vacas de piel
manchada, se crían siempre terneros del mismo tipo para que
el color se quede en casa.