Acta Herediana vol. 63, N° 1, enero 2020 - junio 2020
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Según lo anterior, y gracias a la realización de
estudios posteriores al enfoque constructivista,
nace la propuesta de Ausubel, quien deja de
lado la perspectiva psicológica para penetrar
en el terreno del aprendizaje en el aula, en
la naturaleza y en las condiciones en que se
construye dicho aprendizaje. En palabras de
Rodríguez, la caracterización fundamental de
esta teoría recae en la idea del proceso académico
que relaciona un nuevo conocimiento con la
estructura cognitiva que posee el sujeto, en
este caso, el estudiante. (6) Sería ligero referirse
a esta relación como una unión supercial. Es
pertinente entenderla como la adquisición
de un nuevo aprendizaje que adquiere un
signicado especial y funcional en el esquema
cognoscitivo del individuo.
Luego de apreciar estos aportes en la
comprensión del fenómeno educativo como
tal, es conveniente revisar las tendencias
actuales, las cuales integran los principios
anteriores con la presencia de las tecnologías
de la información y comunicación (TIC). Como
indica Santander, el conectivismo, teoría que
prolonga en buena medida los postulados del
constructivismo, entiende el aprendizaje como
un puente para compartir conocimientos con
otros individuos, superando las limitaciones
de tiempo, distancia y espacio entre los
interlocutores. (3) Desde este plano, el
estudiante continúa siendo el protagonista
de la construcción de sus aprendizajes,
considerando siempre el esquema cognitivo
que ya posee (conocimientos preliminares) y
comprendiendo la presencia de nuevas formas
de comunicación representadas por las TIC.
En este punto, es propicio aludir el papel que
cumple el docente en estos procesos, quien
usualmente adopta una manera de enseñar
representada por sus experiencias en la escuela
o en la universidad. (7) El éxito o el fracaso de
su práctica pedagógica va a estar condicionada
por la calidad de sus experiencias en las aulas.
Este es un aspecto en el que se debe reexionar a
fondo, pues el punto de partida que determina
los procesos académicos de enseñanza-
aprendizaje sería la percepción y la perspectiva
que el maestro posea sobre dichos procesos,
especialmente en el marco del desarrollo
de materias transversales que han sido y
continúan siendo objeto de discusión. Una de
estas asignaturas es la matemática, que sitúa al
maestro frente a distintos retos que demandan
su atención y preocupación: ausencia de
motivación, cuestionamientos acerca del
impacto o utilización de los aprendizajes
en la vida cotidiana, falta de estrategias o
metodologías para el estudio, dicultades para
la identicación de información implícitos,
deserción académica, entre otros.
El docente innovador es el que se prepara
con nuevas estrategias de aprendizaje
para mejorar sus clases y, a propósito de la
teoría conectivista, los avances en el ámbito
tecnológico han sido un propulsor para la
oportunidad de acceder a una mayor cantidad
de información de forma rápida, precisa y
able. Por tanto, las instituciones de educación
tienen la obligatoriedad de preparar a sus
profesores y estudiantes, no solo para acceder
a la información, sino también para saber crear
conocimientos basados en dichas competencias.
(8) Aquí, toca abordar uno de los puntos
de quiebre de la tan afectada y trastocada
enseñanza de la matemática: el docente y
sus prácticas. ¿Es posible que la presencia de
agentes disruptivos, como lo son la innovación
y la tecnología, repercutan positivamente en el
aprendizaje de las matemáticas?
Es en este marco que surge la idea de
incluir algunas metodologías funcionales y,
alternativamente, algunas aplicaciones móviles
en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Con esto, no se pretende armar que todas
las aplicaciones disponibles en ‘la red’ son