Acta Herediana vol. 62, N° 1, enero 2019 - junio 2019
1 Médico internista. Facultad de Medicina, Universidad Peruana Cayetano Heredia.
2 Universidad de Berna, Suiza.
Gloria, afrenta Y
Pesar Del Protector
Del Perú
(1)
Glory, Aront and Sorrow of the Protector of the
Peru
ricarDo Pinto-Bazurco MenDoza
(2)
resuMen
El inexorable paso del tiempo avanza y con él se recrudecen
los pesares y dolores propios de una vida que se apaga. Una
intensa vida que estuvo inmersa en gloria pero que en su ocaso
solo encontró, en los recuerdos de su propio autor, el único
reconocimiento permanente que, lamentablemente, solo le otor
la posteridad. Saludos y honores que, paulatinamente, se apagaron;
situación que se manifestó a través de tres momentos claves
expresados en elogios, pasquines y epístolas que nos permiten
tener una clara idea de la relación que mantuvo el general José de
San Martín y Matorras con una elite limeña que se encontró en vilo,
económica y socialmente, como resultado de un plan político y una
estrategia que no buscaron otra cosa que la libertad del Perú, y con
ello sellar la independencia de Sudamérica. Esta relación se resume
perfectamente en la gloria, afrenta y dolor del Protector del Perú.
Palabras claves: José de San Martín, independencia, Perú.
aBstract
The inexorable passage of time advances and, with it, intensies
the sorrows and pains of a life that goes out. An intense life that
was immersed in glory but which in its twilight only found, in
the memories of its own author, the only permanent recognition
that, unfortunately, only granted him posterity. Greetings and
1 Este trabajo fue presentado en la mesa de “debate político”
del VII Congreso “Hacia el Bicentenario de la Independencia”
organizado por el Vicerrectorado de Investigación y Posgrado,
la Facultad de Ciencias Sociales y la Escuela Académica
Profesional de Historia de la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos, el 29 de noviembre del 2016.
2 Historiador. Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Instituto Raúl Porras Barrenechea. Benemérita Sociedad
Fundadores de la Independencia, Vencedores el 2 de Mayo
1866 y Defensores Calicados de la Patria.
honors that gradually went out; situation that manifested itself
through three key moments expressed in praise, pasquins and
epistles that allow us to have a clear idea of the relationship that
General José de San Martín y Matorras maintained with a Lima
elite that found itself hanged, economic and socially, as a result of
a political plan and a strategy that sought nothing but the freedom
of Peru, and thereby sealing the independence of South America.
This relationship is perfectly summed up in the glory, aront and
sorrow of the Protector of Peru.
Keywords: José de San Martín, independence, Peru.
El Protector de El Perú, Capitán General D. José de San Martín y
Matorras. Grabado inspirado en la litografía de Madou, Bruselas,
1828. Foto: Biblioteca personal
Acta Herediana vol. 62, N° 2, julio 2019 - diciembre 2019
102
Acta Herediana vol. 62, N° 1, enero 2019 - junio 2019
102
introDucción
A
pocos de conmemorar el bicentenario
de la proclamación de nuestra
independencia varias interrogantes
se generan por si solas: ¿El Perú ha logrado
ser una nación integrada?, ¿La sociedad
peruana ha logrado amalgamar su identidad
cultural?, ¿El Perú está en el camino correcto
del desarrollo en comparación a aquellos que
ya cumplieron su bicentenario?, ¿El Perú ha
logrado aanzarse estructuralmente para
afrontar los retos del mañana?
Estas y otras preguntas resultan ante la natural
incertidumbre que genera el derrotero de un
país cuyo deber es buscar el gran norte de ser una
nación justa y con igualdad de oportunidades
como se pretendió hace casi doscientos años. Al
recordar un viejo apotegma de José Martí que
reza: “Lo pasado es la raíz de lo presente. Ha de
saberse lo que fue, porque lo que fue está en lo
que es”, aplicado a nuestra realidad histórica,
se puede notar que muchos de los aspectos
que nos destacan o que nos caracterizan tienen
una fuerte tradición de centenaria raigambre
social que nos lleva a referirnos a los hechos
y/o personajes, que tuvieron algún tipo de
papel en nuestra historia, no de la manera más
grata. Admonición que Jorge Basadre notó al
estudiar la formación de la gura histórica
de Ramón Castilla y que a su turno hiciera lo
propio Raúl Porras Barrenechea al estudiar a
Monteagudo y Sánchez Carrión.
En tal sentido los hechos acaecidos en torno
a la gura del general José de San Martín y
Matorras, el “Protector del Perú”, se convierten
en un caso emblemático de nuestra historia por
ser el primer personaje político, del naciente
nuevo régimen, que no escapó a las duras
críticas de sus contemporáneos lo cual hizo
mella en su persona ocasionando pesar y dolor
en el cenit de su vida.
Los saludos y honores se fueron difuminando,
hecho que se maniesta a través de tres
momentos clave expresados en elogios,
pasquines y epístolas de la época que nos
permiten tener una clara idea de la relación
que mantuvo el general con el ámbito limeño
ante la inesperada propuesta de un plan
político y una estrategia que no buscaron otra
cosa que la libertad del Perú y, con ello sellar,
la independencia de Sudamérica (O’Phelan,
2008).
contexto Histórico
El proceso de independencia en nuestro
continente tuvo asidero, en su primera fase,
en medio de la convocatoria a las Cortes
Generales de España en Cádiz en 1810 y la
posterior promulgación de la Constitución
Española de 1812
(3)
(Guerra, 2016) cuyo
talante liberal, en contraposición al poder
monárquico, se fue decantando conforme
la sociedad peruana, que mantuvo un
sentimiento a favor de la separación de España
(Carlos Contreras, Marina Zuloaga, 2016),
asimilaba sus fundamentos cuyo norte era
alcanzar la igualdad de los futuros ciudadanos
bajo un nuevo orden político. Criterios que,
paulatinamente, se dispersaron sobre cada
miembro de la sociedad como una pandemia
que se fue contagiando, pero que se encontraba
subyugada ante la enérgica resistencia del
virrey Fernando de Abascal. Empero la llegada
del Ejército Libertador fue aquella esperada
oportunidad que sirvió como caldo de cultivo
para el desarrollo de las campañas militares
entre 1820 y 1824.
3 Estableció la reunión e igualdad de los españoles de la
metrópoli y las colonias y se declaró la independencia de
España. Los diputados del Perú fueron: Dionisio Inca
Yupanqui, Antonio Zuazo, José Lorenzo Bermúdez, Pedro
García Coronel, Ramón Feliú, Vicente Morales Duárez, Blas
Ostolaza, Francisco Salazar y José Antonio Navarrete.
Acta Herediana vol. 62, N° 2, julio 2019 - diciembre 2019
103
Gloria
La gura paradigmática de José Francisco de
San Martín y Matorras
(4)
, cuyo paso por el Perú
dejó abigarradas opiniones, no gozó de los
perpetuos elogios y enhorabuenas que en un
primer momento le fueron inherentes a su gura
de Libertador. Tal y como fueron los aplausos
y vítores de gloria que recibió en el pomposo y
retórico Elogio, el cual era reservado solo para
los virreyes en su bienvenida a la Ciudad de
los Reyes. Aquel día
(5)
, en el Salón General de
la Universidad de San Marcos de Lima
(6)
y bajo
la atenta mirada del Protector, hizo uso de la
palabra el doctor Justo Figuerola
(7)
quien entre
gongóricas hipérboles inició el panegírico con
estas palabras:
La Primera Escuela del Perú, enagenada de gozo
al contemplar la independencia de esta América,
consagra al Genio de la Libertad los homenajes
mas sinceros, esperando que los mas dignos se
tributen á V.E por la posteridad, cuando los
talentos de la Patria hayan elevado a su vuelo á
la altura á que no pueden tocar el dia los
primeros sabios, que la condecoran é ilustran. Sí,
Excmo, Sr. Para esa época reserva la Universidad
de San Marcos pagar á V.E esa deuda, que hoy
solo se complace en publicar, para que los hijos
de la nueva Atenas cubran de crédito que dejarán
sus padres insoluto.” (Elogio 1822:1)
4 Nació en Yapeyú (Argentina), el 25 de febrero de 1778. Sus padres
fueron Juan de San Martín y Gregoria Matorras del Ser, ambos
españoles. Se casó con María de los Remedios de Escalada con quien
tuvo a su única hija; Mercedes Tomasa San Martín y Escalada.
5 Fue leído el 17 de enero de 1822.
6 La sede universitaria estuvo ubicaba frente de la Plaza del
Estanque o de la Inquisición desde 1577, en lo que fue la Casa
para jóvenes mestizas de San Juan de la Penitencia, hasta 1867
que es trasladada a lo que fuere la sede del Convictorio de San
Carlos.
7 A la sazón, diputado segundo del Ilustre Colegio de Abogados,
catedrático de Vísperas de Leyes, procurador general de la
Universidad de San Marcos y notario mayor del Arzobispado
de Lima.
Fue sin lugar a dudas uno de los gestos más
importantes por el simbolismo que ello
acarreaba puesto que la Universidad fue una
de las instituciones más representativas del
antiguo régimen que al suscribir el Acta de
Independencia raticaba su apoyo al nuevo
orden político aun en ciernes. Cabe resaltar
que José de San Martín fue el primer ilustre al
que la universidad le otorgó el grado de Doctor
Honoris Causa (Eguiguren, 1951). En otra
parte del elogio leído tan histriónicamente,
el emocionado narrador exclamó: “Viva la
libertad, y el héroe por quien tiene vida” (Elogio
1822: 31), sin lugar a dudas la lisonja era la
moneda corriente ante cualquier expresión
que al Protector se refería.
El Elogio cierra su lauda recalcando los
sentimientos que en pocos meses serían los
primeros en estar ausentes:
Uniforme de José de San Martín y Matorras con el
grado de Capitán General (máximo grado militar
por decreto del 30 de octubre de 1821). Sobre el
mismo, la banda de Protector del Perú. Foto: Museo
Histórico Nacional de Argentina.
Acta Herediana vol. 62, N° 2, julio 2019 - diciembre 2019
104
Pueblos, repetid el nombre de vuestro
Libertador, y encargad a las generaciones que
os sucedan, que todas le consagren el tributo de
la admiración, gratitud y ternura” (Elogio
1822: 39).
Meses después la gloria que envolvía al
Protector fue dejando su espacio a la desazón,
la zozobra y la desconanza de la sociedad
limeña. Es así que poco antes de emprender su
retiro del Perú, San Martín, envió una carta a
Simón Bolívar en la que expresó:
He convocado al Congreso para presentar ante
él mi renuncia y retirarme a la vida privada
con la satisfacción de haber puesto a la causa
de la libertad toda la honradez de mi espíritu y la
convicción de mi patriotismo. Dios, los hombres
y la historia juzgarán mis actos públicos.
(8)
José de San Martín, quien ostentaba el título
de generalísimo del ejército del Perú, enfrentó
una marcada situación adversa producto
de la grave colisión con un sector de la élite
conservadora de la generalidad limeña. Por
un lado, la clase dominante ya no encontraba
legitimidad en el proyecto monárquico, ya que
tal carecía de autenticidad por no provenir de
un noble (O’ Phelan Godoy 2010:68).
La construcción mental de la elite limeña
determinaba que sus pares eran los únicos
quienes podrían ostentar cualquier tipo de
cargo en la administración y con mayor razón
plantear cualquier tipo de nuevo régimen
o sistema político. Si bien es cierto que San
Martín, con la intención de respaldar su
“monarquía constitucional”, desarrolló una
serie de mecanismos concesionarios y de
liación como la creación de la Orden del Sol
8 Esa carta fue enviada el 10 de septiembre de 1822, doce días
antes de la instalación de la Asamblea Constituyente de Lima.
del Perú
(9)
(ISMP 1971,13) y la adhesión de
connotados titulados y aristócratas como José
Bernardo de Tagle y Portocarrero, IV marqués
de Torre Tagle y, el no menos importante,
José Mariano de la Cruz de la Riva-Agüero y
Sánchez Boquete por citar algunos ejemplos.
Empero la relación entre la élite y San Martín
se corroyó no solo por lo antes mencionado
sino por una serie de factores cuyo eje principal
radicó en la postura y acción anti-hispánica
que preconizaba su ministro Bernardo José
de Monteagudo quien a su turno rerió: en
el curso de unos meses esperaba desterrar del Perú
a todos los tiranos y pillos españoles” (Mathison
1973: 317).
9 Fue establecida mediante decreto el 8 de octubre de 1821. Estuvo
dividida en tres clases: Fundadores, Beneméritos y Asociados
a la Orden del Sol. La Orden fue suprimida el 9 de marzo
de 1825 para luego ser reestablecida en 1921, por el presidente
Augusto B. Leguía, cuya vigencia continua hasta nuestros días.
Carátula de la revista “Variedades”. Edición especial por
Fiestas Patrias. Julio de 1921. Aparece en ella “San Martín
ingresando a Lima”, óleo de José Alcántara la Torre (1893-
1978). Foto: Biblioteca IRPB-UNMSM.
Acta Herediana vol. 62, N° 2, julio 2019 - diciembre 2019
105
Por otro lado, las falsas expectativas que
se generaron en los sectores populares,
básicamente entre campesinos indígenas
y negros esclavos, se tradujeron en hechos
tangibles como la paradójica exoneración del
tributo indígena a cambio de enrolarse en las
milicias lo cual no se cumplió permanentemente
debido a que disminuía la principal mano de
obra en la producción agrícola. Asimismo, la
no manumisión general ya que la mano de obra
de los esclavos negros resultaba, cuantitativa y
cualitativamente, importante para los haciendas
y hogares en la ciudad. Estas medidas solo
demostraron que los indígenas y esclavos no
fueron parte preponderante del gran proyecto
cuya inclusión en el nuevo régimen estuvo lejos
de sus expectativas debido a que las medidas
que los “beneciarían” tuvieron un carácter
más coyuntural que estructural. (O’ Phelan
Godoy 2010:86).
En medio de este desencantado ambiente en el
que “no se sentía el espíritu de nacionalidad y
el entusiasmo patriótico” (Mathison 1973: 250)
el otrora Protector se retiraba del Perú, el 21 de
septiembre de 1822. Luego del largo periplo
hacia el sur llegó a Chile visiblemente enfermo
y deprimido. Postrado por la enfermedad y
lastimado por la ingratitud pasó sesenta y seis
días en cama hospedado por un amigo en una
quinta ubicada por los alrededores de Santiago
a inmediaciones del famoso llano de Maipo.
Apenas convaleciente se le presentó uno de
sus antiguos compañeros pidiéndole una
“habilitación” creyéndolo millonario según
se decía. Con tal motivo escribió con pulso
trémulo y desgarradora ironía a su amigo
Bernardo O’Higgins, peregrino como él: “Estoy
viviendo de prestado. Es bien singular lo que me
sucede, y sin duda pasará a usted lo mismo, es decir,
están persuadidos de que hemos robado a troche y
moche. ¡Ah, pícaros! ¡Si supieran nuestra situación,
algo más tendrían que admirarnos¡” (Mitre: 1878).
La indignación de San Martín fue, sin duda,
muy marcada. Si bien es cierto que el gobierno
del Perú al tener noticias de la precaria
condición del Protector envió dos mil pesos de
sus sueldos, lo cual le sirvió para continuar su
camino hacia Mendoza en 1823, fue inevitable
que la pena y desdicha se incrustaran
profundamente en los sentimientos de José de
San Martín que pasó a tener una humilde vida
de chacarero.
Ahora los comentarios hacia él se tornarían
en injurias, viles acusaciones y colosales
ingratitudes.
afrenta
Para 1823, en Lima, los panetos hacían
escarnio de la menoscabada gura del
Protector a través de dichos y desdichos tal y
como se puede constatar mediante el análisis
de la tribuna de uno de los más conspicuos
hombres que proponían y promovían el nuevo
orden republicano, José Faustino Sánchez
Carrión. En la célebre Abeja Republicana, en
medio de la creciente y desmedida ingratitud
hacia San Martín y todo lo que al él se
relacionaba, se publicó en el número cinco
de la mencionada publicación un artículo en
detrimento de San Martín y los jefes de su
ejército lo cual no hacía más que aumentar
el desaguisado que buscaba deslegitimar las
acciones emprendidas por ellos en su hora. Esto
a pocos días del ingreso de Bolívar a la ahora
llamada Ciudad de los Libres. Ante tal afrenta,
un grupo que se autodenominó “Los Amigos
de la Libertad” dedicaron un desagravio que
buscó frenar las injustas manifestaciones de
las que era objeto San Martín y su ejército. En
esta particular impugnación “Los amigos de la
Libertad” recordaron, dura y puntualmente,
el carácter endeble que los limeños tuvieron
ante el sistema del antiguo régimen colonial.
Escribieron: “en esta ciudad no se oyó sino el
Acta Herediana vol. 62, N° 2, julio 2019 - diciembre 2019
106
lijero susurro del descontento, y su agitación fue
semejante a la que riza blandamente la supercie de
las aguas” (Abeja Republicana 1823: 2).
Por su parte los detractores de San Martín
sostenían que a su retiro dejó un permanente
estado de anarquía al haber cesado en sus
funciones a las autoridades del Estado, además,
que las nanzas del país estaban destruidas
entre otras muchas complicaciones. Se acusaba
que muchas de las medidas tomadas por San
Martín fueron hechas sin la previsión del caso
generando un marcado estado de inestabilidad
sobre todo en los sectores dominantes de
la sociedad que a la larga fueron quienes le
quitaron el apoyo y por ende el reconocimiento
permanente a su gesta (O’Phelan, 2008).
Pesar
El inexorable paso del tiempo avanza y con él,
quedaron atrás las recompensas y honores; y al
mismo tiempo se recrudecieron los pesares y
dolores propios de una vida que se apaga. Una
intensa vida que estuvo inmersa en gloria, pero
que en su ocaso solo encontró en los recuerdos
de su propio autor, el único reconocimiento
permanente que, lamentablemente, solo le
otorgó la posteridad.
Como evidencia de ese olvido del que, el
Protector, se sentía preso se encuentra una
epístola cuyo testimonio vívido demuestra el
real sentimiento del general José de San Martín
y Matorras. Esta fue remitida, el 11 de setiembre
de 1848 desde su autoexilio en la que también
sería su morada nal la localidad francesa de
Boulogne-sur-Mer
(10)
, a quien, a la sazón, era el
presidente constitucional de la República del
Perú, en respuesta a una carta que el mismo
10 Localidad del norte de Francia, en el Departamento del Paso
de Calais. Se encuentra junto al Canal de la Mancha a orillas del
encuentro entre el Océano Atlántico y el Mar del Norte.
Presidente del Perú Gran D. Ramón Castilla
y Marquesado durante su primer gobierno
constitucional 1845-1851. Foto: Internet
Generalísimo de las armas, Fundador de la
Independencia y Protector de la Libertad del
Perú D. José de San Martín y Matorras a los
setenta años (Daguerrotipo. París, 1848).
general Ramón Castilla y Marquesado (1845-
1851)
(11)
le enviara desde Lima, el 13 de mayo
del mismo año. A la luz de este documento
se aprecia la cercana relación epistolar entre
el Protector y el mariscal, quien en una carta
previa da cuenta de algunos detalles de su
carrera militar a la que José de San Martín, con
11 Para esos años, Castilla, se encontraba al nal de su primer
55 gobierno como Presidente Constitucional de la República del
55 Perú, experiencia que sumaba a la presidencia de la Suprema
55 Junta de Gobierno Provisorio en reemplazo, por muerte, del
55 general Domingo Nieto (1844).
Acta Herediana vol. 62, N° 2, julio 2019 - diciembre 2019
107
setenta años, responde con una reseña de los
principales hechos de su vida que empieza
de la siguiente manera: “Usted me hace una
exposición de su carrera militar bien interesante; a
mi turno permítame le un extracto de la mía”.
(Revista Peruana 1879: 40-43).
El pesar y la congoja embargaban al ya viejo
Protector sus recuerdos plasmados en las
epístolas así lo demuestran: “a la edad avanzada
de 71 años, una salud enteramente arruinada y
casi ciego con la enfermedad de cataratas, esperaba,
aunque contra todos mis deseos, terminar en este
país una vida achacosa” (Revista Peruana 1879:
40-43). Con el ánimo mustio alejado de su
patria por un “auto ostracismo”, como el
mismo lo denominó, no dudó en compartir sus
sentimientos con Ramón Castilla.
En otro pasaje de la epístola mencionó lo
relacionado al tema monetario y la deuda
que el Estado peruano le tuvo y que hasta ese
entonces no parecía cancelada:
Un millón de gracias por sus francos
ofrecimientos; yo los creo tanto más sinceros
cuanto son hechos a un hombre que, por su
edad y achaques, es de una entera nulidad; yo
los acepto para una sola cosa, a saber, rogar a
usted que los alcances que resultan de los ajustes
de mi pensión hechos por esas ocinas puedan,
si es de justicia, ser reconocidos por el Estado;
pero con la precisa circunstancia de que nada
será satisfecho hasta después de mi fallecimiento,
en que mis hijos encuentren este cuerpo de
reserva para su existencia.” (Revista Peruana
1879)
Es notoria la respuesta de gratitud ante el
ofrecimiento que le hiciera Castilla del pago
de sus sueldos correspondientes, En otro
párrafo, San Martín, revela los sentimientos
que le embargaron luego de su retiro de Lima
lo cual demuestra que gozó de un carácter
desprendido y generoso:
Si algún servicio tiene que agradecerme la
América, es el de mi retirada de Lima, paso que
no sólo comprometía mi honor y reputación, sino
que me era tanto más sensible, cuanto que
conocía que con las fuerzas reunidas de
Colombia, la guerra de la Independencia hubiera
sido terminada en todo el año 23. Pero este
costoso sacricio, y el no pequeño de tener que
guardar un silencio absoluto (tan necesario en
aquellas circunstancias), de los motivos que me
obligaron a dar este paso, son esfuerzos que usted
podrá calcular y que no está al alcance de todos
el poderlos apreciar.” (Revista Peruana 1879).
La relación epistolar duró un tiempo más hasta
que en una carta escrita por Mariano Balcarce,
esposo de Mercedes Tomasa San Martín y
Escalada, hija del libertador don José de San
Martín, remitida al presidente de la República
Ramón Castilla, el 14 de setiembre de 1850, se
anunciaba la muerte del Protector que había
acaecido el 17 de agosto de 1850 producto
de una hipertroa cardiaca. Además, se
mencionaba en dicha carta, el último gesto de
desprendimiento que el Protector tuvo hacia
el Perú, el cual hizo agregar a su testamento,
fue la devolución del estandarte que Francisco
Pizarro usó para conquistar el Imperio de los
Incas. Tal vez luego de reexionarlo, la sutileza
del presidente Castilla tuvo éxito ya que en
una carta que el Mariscal envía a San Martín
se menciona:
En mi carta del 13 me tomé la libertad de llamar
la atención de U. sobre otro diverso e importante
objeto: hablo del estandarte de Pizarro y del
expediente de Santa Rosa de Lima, que cuando
U. se retiró del Perú llevo consigo, como
recompensa más distinguida a los servicios que
U. había prestado a esta República.
Suponiendo, como debo suponer, que U. quiso
poseer aquellos trofeos por un tiempo
determinado, a los más durante sus días, que
celebraría fuesen perdurables; y tomándose la
Acta Herediana vol. 62, N° 2, julio 2019 - diciembre 2019
108
conanza de ser intérprete de su voluntad,
que siempre juzgué honrosa y amigable del Perú,
creo que U. recibirá con agrado mi indicación y
se servirá decirme su opinión y última disposición
respecto al estandarte de Pizarro y expediente de
Santa Rosa que creo deben volver a esta
República, si no antes, inmediatamente después
de los días de U.” (Castilla 1849)
Enterado del deceso de San Martín el
presidente Castilla ordenó, a través de un
decreto supremo dado el 7 de noviembre de
1850, disponer que se preparen: “en las capitales
de los departamentos y provincias litorales de la
República se harán exequias por el alma del nado
Jeneralísimo D. José de San Martín con la asistencia
de autoridades y corporaciones” (Colección de
leyes y decretos 1850: 152). Además, en el
mismo decreto supremo, se estableció que
en el centro de la plazuela llamada “Siete de
setiembre” se erija una columna de veinte pies
de altura, sobre la cual se colocará la estatua de
San Martín. Lamentablemente, este gesto no se
concretó de inmediato pero marcó el inicio del
eterno y permanente reconocimiento a la gesta
libertaria que el Protector realizó en nuestro
territorio.
conclusión
A la luz de la historia y sobre las ideas
sustanciales expuestas se puede colegir que la
construcción de la gura histórica del Protector
del Perú se sostiene fundamentalmente sobre
dos pilares historicistas:
Por un lado, la representación o sistema de
representación, mediante la cual un individuo
o grupo social se apropia de su entorno
cultural, de una eventual proyección, de
sí mismo y del otro le permite determinar
diferentes aspectos en las relaciones sociales.
En tal sentido fueron los afanes y pesares
que atravesó el Protector, José de San Martín,
elementos que lo convierten en un paradigma
para la sociedad debido a lo trascendente de
su protagonismo en el desarrollo de la etapa
temprana del nuevo régimen en la historia
del Perú. Hecho que generó antagónicos
sentimientos de crítica y adhesión entre sus
contemporáneos; expresiones de las que no
fue ajeno. Por otro lado, y como complemento,
la apreciación o sistema de apreciación que
surge como consecuencia de la representación,
que no hace más que ordenarla, determina las
modalidades de observación del entorno y de
sí mismo, del individuo o grupo social. Ergo, la
“aptitud criolla para solazarse en el asesinato
de las reputaciones” (Basadre, 1954) juega
un papel fundamental debido a que la crítica
desgarradora permite construir una estructura
sobre la que se posa la gura histórica y así
contrapesar los aspectos positivos y negativos
del personaje en cuestión.
En suma, ambos conceptos conforman un
sistema que organiza los vínculos afectivos
de la generalidad con un individuo (la gura
histórica de El Protector), lo cual determina un
patrón de comportamiento social a favor o en
contra. De esta manera no solo se convierte en
un medio sino también, y al mismo tiempo, en
un n en sí mismo cuyo trasfondo principal es
socio-histórico.
Finalmente, como reriera el maestro Porras:
no hay patria sin historia y que las primeras
expresiones de esta son los himnos de triunfo y los
cantares guerreros y que, por ende, a despecho de
lósofos socializantes, la historia tiene siempre una
inarrancable entraña épica”, tal y como lo vivó, el
Protector del Perú.
referencias BiBlioGráficas
1. Basadre, J. (1954). La Formación de la Figura
Histórica de Ramón Castilla. Mercurio Peruano. 1954;
XXXV(331), 721-751.
2. Carlos Contreras, Marina Zuloaga. Historia Minima del Perú.
Acta Herediana vol. 62, N° 2, julio 2019 - diciembre 2019
109
Madrid: Turner Publicaciones; 2016.
3. Castilla, R. Decreto 161. Se manda hacer ezequias fúnebre,
Jeneralísimo San Martín y que vistan de luto los empleados
civiles y militares de la República. Lima; 1850.
4. Eguiguren, L. A. Diccionario histórico-cronológico de la
Universidad Real y Ponticia de San Marcos y sus Colegios.
Lima: Impr. Torres Aguirre; 1951.
5. Guerra, M. (Ed.). Cronología de la Independencia del Perú
(Guarrea, Margarita ed.). Lima: IRA- PUCP; 2016.
6. Hampe, T. Miguel Grau, proyagonista político. Piura:
Caramanduca Editores; 2013.
7. Loayza, A. (Ed.). La independencia peruana como
representación. Historiografía, conmemoración y escultura
peruana. Lima: IEP; 2016.
8. Mathinson, G. Residencia en Lima entre abril y mayo de 1822.
En En Relación de viajeros. Lima: Colección Documental de la
Independencia; 1973.
9. O’Phelan, S. El general don José de San Martín y su paso por el
Perú. Lima: Editorial del Congreso del Perú; 2008.
10. Perú, I. S. La Orden del Sol del Perú. Lima: Talleres grácos PL
Villanueva S.A.; 1971.
11. Porras. José Sánchez Carrión, el tribuno de la República
Peruana. Conferencia sustentada en el Centro de Estudios
Históricos Militares. Lima: Talleres de Artes Grácas
“Tipografía Peruana” S.A.; 1953: 31.
12. Porras, R. Elogio y vejamen de la Reùblica (Monteagudo y
Sánchez Carrión). En J. Puccinelli, Antología de Raúl Porras.
Lima: CEPREFDIM – UNMSM; 2011: 115-118.
13. San Martín. El hombre y el miedo. Ensayo de interpretación
de una conducta. (1965). Buenos Aires: Ministerio de Educación
y Justicia; 1965.
14. Sanmartiniano, I. N. Renunciamientos del capitán general don
José de San Martín. Buenos Aires: INS-Argentina; 1969.
15. Sanmartiniano, I. N. Cartas del gran mariscal don Ramón
Castilla presidente del República del Perú al fundador de la
independencia y protector de la libertad del Perú, generalísimo
de las armas don José de San Martín. Buenos Aires: INS-
Argentina; 1973.
fuentes iMPresas
En John Carter Brown Library-Peru Collection:
- 1822. Elogio del excelentisimo señor don Jose de San Martin y
Matorras: protector del Peru, generalisimo de las fuerzas de
mar y tierra, institutor de la Órden del Sol, gran ocial de la
legion de merito de Chile, y capitan general de sus exercitos,
que en su publico recibimiento en la Universidad de San
Marcos de Lima el dia 17 de enero del presente año, [2], 39, [5]
p. 20 cm. (8vo), Lima.
- 1823. Impugnacion al articulo inserto contra el fundador de la
libertad del Peru, y los jefes de su ejercito en el numero 5 de la
Abeja republicana. Escrita y dedicada a estos por los Amigos
de la libertad, [4], 20 p. c29 cm. (fol.), Lima.
- 1848. Carta del Presidente del Perú, Gran Mariscal don Ramón
Castilla al Generalísimo de las armas peruanas, don José de San
Martín, noviembre 13 de 1848, Lima.
- 1849. Carta del Presidente del Perú, Gran Mariscal don Ramón
Castilla al General don José de San Martín, mayo 26 de 1849,
Lima.
- 1850. Decreto N° 161 Se manda hacer ezequias fúnebre,
Jenereralísimo San Martín y que vistan de luto los empleados
civiles y militares de la República dado por Ramón Castilla.
En Colección de Leyes, Decretos y Órdenes publicados en el
Perú desde si Independencia (1848-1849) Lima: Imprenta de la
Colección por Mariano Osorio (1853).
- 1879 Carta del libertador Don José de San Martín al presidente
del Perú, general Don Ramón Castilla, 11 de septiembre de
1848, Revista Peruana, Lima.